Cuando llegué a la cocina de inmediato los ingredientes se volvieron la forma principal de expresar todo lo que sentía. El azúcar se volvió el principal protagonista ya que mi corazón fue apoderado por una gran dulzura.
Era como si hubiera recordado lo como se sentía el amor. Cada vez que lo tenía cerca lo recordaba, recordando sus caricias contra mi piel y la dulzura de sus besos contra mis labios.
Me tomé la molestia de preguntar que quería comer antes de llegar a la cocina.
El platillo que pidió fue sencillo, con la excusa de que no deseaba molestar ya que era algo tarde.
Y aún así a pesar de ellos me tomé mi tiempo de cocinar.
Ya que él solo pidió un café. Claro que le preparé su café.
Pero también le preparé ese delicioso pollo frito que le encanto en el momento que yo lo cociné, esas papas crujientes que fueron el inicio de mi enamoramiento hacia él por como me trató en el momento que me queme.
Le hice jugo, porque no le gusta comer comida caliente con una bebida caliente.
Le