Emma:
Carlo me trajo en su motocicleta hasta mi departamento, aún no creía cómo es que tuve sexo con el, Dios yo jamás suelo ser así, me siento mal conmigo misma porque me abalance a el, es algo que no quiero pensar.
Pero me siento ligera, me siento bien conmigo misma y siento que estoy haciendo lo correcto pero a la vez no.
Jess estaba en mi departamento.
—Emma deja de dar vueltas por favor.
—Es que.. —quería llorar—, tuve sexo con Carlo, no sé cómo debo sentirme.
—Bien contigo misma niña —se cruzó de brazos— Emma eres mayor de edad y totalmente libre de disfrutar tu sexualidad, puedes acostarte con el hombre que se te de la gana, si los hombres lo hacen ¿Por qué nosotras no?
—Jess me siento terrible.. —me senté en el sofá a llorar.
Jess se sentó a mi lado y me abrazó.
—Dios Emma, Tom hizo de ti un desastre.. Tu no eras así de insegura, o cohibida.
—Tengo pánico que me usen, eso es todo —me limpié las lágrimas— pero.. cada uno de ellos me tocó de forma distinta, fue sucio, pero a la vez tierno, no fueron bruscos conmigo, después de aquello.. me decían palabras bonitas. Dios, ni yo misma me entiendo.
Me levanté del sofá y empecé a sentirme frustrada.
—Tom hacía lo mismo, se acostaba conmigo y después me decía cosas bonitas para después irse, no quiero pasar por lo mismo... Me ha estado costando con el alma volver a tener confianza en mi misma y seguridad, Dios es que.. me acostumbré tanto al trato de Tom hacia mi que no conozco otro método de afecto.
—A ver Emma, calma, del hecho que te hayan tocado y Carlo tuvo sexo contigo y los tres después te decían cosas lindas, no significa que sean como Tom —se cruzó de brazos— bien sabes que no se puede generalizar.
—Lo se —solté frustrada—, pero.. aún así tengo miedo Jess —me senté de nuevo—, ellos me gustan mucho, pero no quiero irme de buenas a primeras, no tengo ni un mes de haber terminado con Tom.
—¿Y eso que? —me miró con fastidio— lo tuyo con el no era una relación Emma, el tipo venía cuando tenía ganas de sexo, te dejaba insatisfecha, se perdía por dos semanas o más, te visitaba muy poco y cuando aparecía te recompensaba con regalos estúpidos... Emma, eso no es tener una relación te estabas acostumbrando al trato que te daba ese idiota, eras la amante sin siquiera saberlo Emma.
Empecé a llorar, ella tenía razón.
—No llores —me abrazó—, no te lo digo para hacerte sentir mal porque tú no tuviste la culpa de que ese hijo de puta te haya engañado, lo digo para que pienses un poco, te lo he dicho Emma, eres hermosa e inteligente, muy capaz de todo, solo tienes que reorganizar tus pensamientos y tu vida, Tom no merece nada que venga de ti.
—¿Crees que ellos lo merezcan?
—No lo sé —se separó de mi—, tu solo déjate llevar un poco, tu les gustas, el sábado tienen una cita ¿No? —asentí— pues date el chance de conocerlos, tu verás si te convienen o no. Estoy segura de que si tú no les correspondes ellos te dejarán en paz.
Pues si tengo que hacerlo, tengo que ir recuperando mi confianza.
Los tres me gustan y mucho, los tres me hicieron sentir bien cuando me tocaban, sus manos lo hacían tan distinto, mi cuerpo jamás había reaccionado así, por alguna razón lo hacen con ellos.
En el ascensor con Axel, fue increíble, jamás había tenido un orgasmo y el solo uso sus dedos.
En el salón de clase con Mikael, jamás me habían hecho un oral así, me encantó ver Mika arrodillado frente a mi, me hizo sentir poderosa.
Y con Carlo en la oficina de la pizzería, jamás me habían follado de esa forma, sus manos como tocaban mi cuerpo y me dió dos increíbles orgasmos en un momento.
No cabe duda que ellos son geniales e increíbles, tanto con sus manos como con sus bocas.
Quiero sentirme poderosa con ellos, que los pueda tener a mis pies y solo para mí, quiero llevar las riendas de todo esto, tal cual como siempre he querido, así que tomaré confianza y poderío de dónde no lo tengo y seré yo quien mandé en esta relación. No voy a permitir de nuevo que me usen, que me traten como objeto, yo valgo demasiado.
Tengo que ser fuerte y confiar en mi misma.
~~~~~~~~~~~~~~~~
Al día siguiente.Hoy estaba en el salón de clases preparándome para entregarle la tarea a Mikael, el estaba revisando la de Jess y yo sería la última quedábamos nosotros en el salón.
—Buen trabajo —Mikael le asintió—, nos vemos el lunes.
—Adiós profesor Voslov —me miró— te espero en el estacionamiento.
Asentí y me acerqué a Mikael para entregarle la tarea, hoy no lo mire en la clase, solo estaba concentrada en copiar lo que el explicaba, quiero tratar de no tener tanto contacto con el en la universidad, quiero evitar muchas cosas.
—Muy bien Allen —me sonrió—, bien hecho el plano y la estructura, hizo un buen trabajo.
—Gracias profesor Voslov.
Me mantuve firme delante de esa mirada que me estaba derritiendo poco a poco.
—¿Sabe? —miró unos papeles— hoy se ve realmente linda, el azul le queda bien.
—Gracias.
Al salón entró la secretaria del decano, me miró de reojo y llegó al profesor, yo levanté una ceja.
¿Más o menos?
—Que bueno verlo profesor Voslov —ella sonrió—, el decano está reuniendo a todos los profesores para los nuevos horarios.
—Esta bien pero ¿Por que no me llamaron? No era necesario que viniera desde la rectoría hasta acá.
Su tono con ella era frío y distante.
Ahora que lo analizo bien, Mikael no ha dejado que ninguna chica le coquetee ni se le acerque de más, justo como está haciendo con la secretaria del decano, pero supongo que lo hace para no ligar su vida a la de la universidad, total, el da clases aquí y no querrá meterse en problemas por tener una aventura con una alumna.
—Yo no tengo problema —ella sonrió incómoda—, caminar es bueno para el cuerpo.
Ok, ahora yo me siento incómoda.
—Después puede aceptarme ese café.
—Le he dicho que no puedo aceptarle el café —dijo frío—, le dije que tengo novia, no se vería bien aceptarle un café cuando claramente usted coquetea conmigo.
Ella se descolocó un poco, asintió y salió rápidamente del salón. El soltó un suspiro pesado.
—Eso sería todo señorita Allen —se veía irritado.
—No sabía que tenía novia profesor.
—No la tengo, aún —me miró—, solo lo hago para evitar esos molestos coqueteos, créame que es muy incómodo cuando las alumnas se me acercan y quieren ponerme los pechos en la cara —negó—, es incómodo.
Miré a la puerta del salón y está estaba cerrada, tomé el valor de ir hacia el y tomarlo del saco para mirarlo, el se sorprendió un poco.
—Eso es porque usted es muy guapo profesor Voslov.
—Gracias —sonrió.
—¿Por que no le incomoda mi piropo?
—Por que tú me gustas, por eso no me incomoda.
Mikael era guapo, en serio que lo era, aún más cuando usa ese porte de dominante que hace que se me caigan las bragas.
Pero justo ahora no parece dominante si no un pequeño niño esperando un dulce. Y eso me gustaba.
—Yo pasaré por ti mañana a las siete ¿Te parece?
—Me parece bien ¿A dónde iremos? Digo, para saber que usar.
—Tu solo se tu misma, estoy seguro que lo que te pongas te quedará muy bien.
Su mano acarició mi mejilla yo solo sonreí.
—Esta bien, ya debes irte y yo igual —me separé de el—, nos veremos el sábado entonces.
Empecé a recoger mis cosas bajo su atenta mirada de Mikael cuando voltee el estaba en el sitio que lo deje, iba a salir cuando su voz me detuvo.
—¿Me darías un beso antes de irte? —su voz salía suave y con cautela, cómo si se estuviera debatiendo en preguntarmelo.
Sonreí y fui hasta el para darle un casto beso en los labios.
—Lo veo el sábado profesor Voslov —sonreí.
—Si —asintió—, la veré el sábado señorita Allen, pase una buena tarde y parte de la noche.
—Igualmente.
Salí del salón y fui hasta el estacionamiento donde estaba Jess esperándome pero estaba con un chico, alto y de piel morena, usaba un suéter rojo y jeans negros, su cabello era rizado, era bastante guapo, supongo que el debe ser Kurt.
—Emma, te presento a Kurt —señaló al chico.
—¡Vaya! Eres Emma —sonrió— he escuchado mucho de ti.
Ambos estrechamos las manos.
—Supongo que mi amiga habla mucho de mi ¿No?
El negó —Para nada, bueno a veces, pero.. No sabía que la Emma de mi Jess era la misma Emma de mi primo Axel —rió.
—¿Eres primo de Axel? —pregunté sorprendida.
—Si, ambos trabajamos en la pastelería, somos primos, amigos y socios también —sonrió—, en serio que el mundo es un pañuelo.
—Y vaya que si lo es —sonrió Jess—, Emma, Kurt vino por mi y me llevará a comer a la pastelería.
—Esta bien, vayan con cuidado y diviértanse —miré al chico—, cuidala.
—Lo haré —sonrió.
Ambos se despidieron y yo estaba esperando un taxi para ir a mi departamento, aún no me entregaban mi auto, cuando una motocicleta se para frente a mi y el hombre se quita el casco dejándome ver a Carlo.
Traía una chaqueta negra y una camisa blanca debajo, su cabello estaba desordenado y traía Jeans negros y botas del mismo color. Que lindo estaba hoy.
—Hola Carlo —sonreí leve.
—Emma —sonrió—, que bueno verte.
—¿Me estás siguiendo? —bromee un poco con el.
—Oh no —rió— aquí trabaja Mikael, dejé las llaves dentro del departamento y vine a que me diera las suyas, pero no lo encontré y no me contesta el teléfono.
—Está en una reunión de maestros —asintió—, no puede contestar el teléfono allá adentro.
—Entiendo, me tocará regresar a la pizzería ¿Ya te vas?
—Estaba esperando un taxi para poder irme, aun no me dan mi auto.
—Entonces te llevo —sonrió aún más— ¿Qué dices?
—Está bien —asentí.
El tomó mis cosas y me ayudó a subir a la moto, tomó el casco adicional y me lo colocó, luego dejó un beso en mi nariz.
—Listo, ahora estás más que protegida.
Reí un poco y el encendió la moto, iba a arrancar pero recibió una llamada.
—¿Hola? Amigo.. ¿Ahora?.. Entiendo, es para mi papá.. Vale, ya pasó por allá, ando con Emma.. Claro —colgó.
—¿Paso algo?
—Nada de que preocuparse, mi papá pidió un postre para llevar y Axel me llamó para recogerlo ¿Te molesta si pasamos por allá?
Jess está allá con Kurt..
—No, no me molesta.
—Entonces vamos.
Encendió la motocicleta y arrancó, me gustaba esta motocicleta, me hacía sentir libre y llena de adrenalina, así podía ver mejor la ciudad.
Poco después llegamos a la pastelería de Axel, Carlo me ayudó a bajar y me quitó el casco, en estos momentos desearía que tuviera un auto para dejar mis cosas en el.
—Te ayudo con eso.
—Gracias —le sonreí.
Me ayudó con unas cosas y ambos entramos a la pastelería, a lo lejos ví a Jess riendo con Kurt, se veían muy bien juntos.
Caminé con Carlo hasta la cocina de esta pastelería, cuando lo hicimos en mi campo de visión apareció Axel vestido de chef, las mangas estaban arremangadas a los codos, usaba un gorro negro y delantal, se veía muy guapo estando tan concentrado en decorar ese pastel, mi vista se posó en algo que tenía en sus oído, parece un aparato de lo que usan los abuelitos para poder escuchar.
¿Será que está enfermo? ¿Como es que no lo note antes?
Carlo llegó hasta el llamando su atención y Axel sonrió y se abrazaron en forma de saludo, le enseñó el pastel que decoraba y Carlo lo miraba con curiosidad, después llegó una chica que parecía cocinera de aquí y empezó a meter el pastel en una caja, luego Axel llegó hasta mi.
—Hola Emma —sonrió leve y beso mi mejilla— ¿Cómo estás?
—Bien ¿Que tal tu?
—Ahora mucho mejor, bienvenida a mi cocina.
—Todo se ve tan ordenado.. —miré toda la cocina.
—Tiene que estarlo —dijo firme.
Frente a mis ojos se quitó el delantal y el gorro, este hizo que su cabello de desordenara un poco, puede que sea algo simple, pero para mí, fue lo más sexy que he visto, en la camisa de uniforme, estaban grabadas las letras de su nombre y apellido. Chef. Axel K. M.
—Axel —dijo Carlo— ¿Llevarías a Emma a su departamento? Papá me llamó y quiere que vaya ahora para allá.
Bien, parezco juguete de un lado a otro.
—No hay problema, ve con cuidado y saludos a tu papá.
Carlo llegó hasta mi con una caja en las manos.
—Lo lamento bonita, quería llevarte pero...el deber llama —lucia apenado.
—No te preocupes, es tu deber, ve con cuidado.
—Adiós bonita —besó mi mejilla y se fue.
—¿Tienes hambre? —preguntó Axel.
—Un poco —respondí.
—Vamos a mi oficina y ahí comerás un poco, después te llevo a tu departamento ¿Te parece bien?
—Claro.
Así como hizo Carlo, Axel me ayudó con mis cosas y ambos subimos a su oficina, entramos y el dejo mis cosas sobre una mesa y yo hice lo mismo.
—¿Qué deseas comer?
—Para serte honesta, quiero comer lasaña.
—Bien, mandaré a preparar para los dos.
Se acercó a mi y rodeó su enorme brazo en mi cintura.. El olor a chocolate salia de el, me encantaba. Con su dedo índice levantó mi barbilla para verlo.
—Estas hermosa hoy —sonrió—, muy hermosa.
—Lo se —sonreí.
—Vaya, que confianza tienes.. Me gusta, ahora yo —se señaló—, te daré un beso.
Esperaba un beso intenso pero no, fue uno casto y dulce, después me acarició la mejilla.
—Me gusta que te sonrojes.
—No lo hice.
—Claro que si, te ves más bonita así.
Yo queriendo llevar las riendas de todo esto, pero estos hombres me la están poniendo muy difícil tratándome así.
Así no se puede...