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Julian:

Ya al fin estábamos en el departamento, el fin de semana fuera de aquí no fue el más bonito que digamos, para mí, fue un pesado viaje y espero no volver más nunca a ese sitio.

Los padres de Emily fueron muy amables conmigo y Jamie, a pesar de que al inicio fue muy tenso el asunto pero, fue gratificante después que se portara bien con nosotros, hablamos sobre deportes y demás cosas, me gustó ese momento con el, me hubiese gustado que mi padre hiciera eso conmigo, en vez de mandarme de viaje cada Navidad.

Llegamos en la tarde y descansamos todo lo que quedaba de día, hoy me tocó hacer la cena junto a Emily, estaba batallando para cortar una zanahoria.

—Julian así no se corta —rió—, ven te explico cómo.

Empezó a cortar la zanahoria de forma que parecía verse fácil pero no, era imposible para mí.

—Emily, mejor me rindo ¿Si? Esto no es lo mío..

Ella iba a responder pero el timbre de la casa sonó, fui a abrir y cuando lo hice estaban las amigas de Emily afuera.

—Hola princesito —dijo la que creo que es Julie.

—¿Princesito? —alcé una ceja.

—Si, así eres.. Permiso —me hicieron a un lado y entraron.

¿Que se creen? Están en mi casa par de locas..

Cerré la puerta y ellas estaban sentadas en la isla de la cocina hablando animadamente con Emily, vaya que son ruidosas. 

—¿Entonces renunciaste Em?

—Si Julie, ahora solo quiero cuidar de Emma.

—Pues tomaste una buena decisión y dime ¿Se portan bien contigo?

¿Por qué hablan como si yo no estuviera presente?

—Por supuesto que lo hago —yo intervine—, la hago feliz todos los días ¿Verdad mi amor?

—¿Por que respondes por ella? —Sasha me miró mal y luego a Emily—, Em si te está obligando arruga la nariz.

Me toque el puente de la nariz y negué varias veces.

—¡Sasha! Déjalo tranquilo —Emily rió— pues si, se portan bien conmigo, son unos amores.

Mire victorioso a la rubia y ella rodó los ojos.

—¿Dónde está Jamie? —preguntó Julie mirando a la sala.

—Está durmiendo con Emma, ambos venían cansados del viaje —sonrió—, creo que seguirán de largo hasta mañana.

Ellas hablaron a gusto mientras yo escuchaba atentamente sobre chismes, recetas y demás, yo no decía ninguna palabra porque me gustaba ver a Emily sonriendo con sus amigas y hablando temas muy random. Amaba ver a mi mujer así de feliz. 

Pasó una hora y ellas se fueron, habían quedado en verse mañana para salir y tener un día de amigas, no sé quedaron a cenar porque ellas tenían una cita, solo pasaron a saludar, no sabía que ellas eran pareja.

—Iré a despertar a Emma.

—Amor ¿No crees que deberías dejarla dormir?

—No Julian —negó—, no puede saltarse la cena.

—Bien, iré yo a despertarla —ella asintió.

Me levanté de la mesa y fui hasta la habitación, ella dormía en la de Jamie así que fui hasta allá, cuando entré la encontré dormida separada de Jamie, vaya que dormía muy mal.

Me acerque a ella y la moví suavemente.

—Emma amor, despierta, debes cenar —la moví un poco. 

—Papi.. no me siento bien -se quejaba.

Sacó la cabeza de la cama y vomitó en el suelo, de inmediato me asusté.

—¡Jamie despierta! —alcé la voz.

Levanté a Emma y su cabecita de ladeaba, su cuerpo ardía en fiebre, tomé una manta y corrí hasta el pasillo, Emily me miró asustada

—¿Que pasó? —se acercó a mi. 

—Emma ha vomitado, tiene mucha fiebre, vamos al hospital ahora.. ¡Jamie! —grité de nuevo.

El venía corriendo poniéndose los zapatos, tomó las llaves del auto y Emily fue a la habitación por una carpeta y un bolso. Jamie abrió la puerta y corrí escaleras abajo con Emma en mis brazos mientras la apretaba más a mi.

—Estarás bien amor —hablé agitado.

Ya abajo no esperé a Jamie, necesitaba ir al hospital, miré a todos lados desesperado, mi corazón latía a mil que sentía que podía salirse de mi pecho, escuché a Emily llamarme y Jamie apareció frente a mi con el auto, de inmediato me subí detrás con Emily.

—Emma.. Emma amor háblame —le pedí—, vamos linda, hablale a tu papá.

Nada, no hubo respuesta de su parte.

—¿Emma? —le toqué la mejilla y le di unas palmaditas— Emma nena no me asustes así... Emma abre los ojos.

—¡Mierda! —escuché a Jamie.

Emily lloraba desconsoladamente a mi lado llamando a Emma, pero ella no respondía, Jamie aceleró un poco más, poco después llegamos al hospital me baje muy rápido y corrí dentro del hospital, no esperé a nadie, necesitaba que atendieran a mi hija.

—¡Un médico! ¡Ayuda! —corrí hacia adentro dentro— ¡Mi hija necesita un médico!

Unas enfermeras llegaron con una camilla y la acosté,.justo después llegó un médico.

—¿Que tiene?

—V-vomitó hace menos de diez minutos y tiene mucha fiebre —dije rápido—, creo que esta inconsciente..

El reviso a Emma.

—¡Rápido! No responde —todos corrieron y me dejaron en la entrada, no me dejaron pasar.

—Emma —susurré con un nudo en mi garganta.

Emily llegó a mi lado llorando junto con Jamie.

—Mi niña Julian —sollozó, Jamie estaba consolandola. 

La abracé fuerte y ella se aferró a mi.

—Ella va a estar bien.

(...)

Esperamos más de una hora por noticias pero nada, nadie decía nada.

Emily llamó a sus amigas y Jamie a nuestros padres que llegaron de inmediato.

—No entiendo que salió mal, ella estaba bien —Jamie frunció el ceño.

—Esto iba a pasar —dijo Emily—, Harrison me lo dijo, que podría decaer en una semana o dos.

—Tranquila mi amor —le besé la mano—, ella estará bien.

Que equivocado estaba..

El doctor que recibió a Emma salió y llegó a nosotros.

—¿Ustedes son familiares de la niña Emma Allen? —asentimos.

—¿Cómo está mi hija doctor?

—La niña presenta un cuadro febril debido a la falla que presenta uno de sus riñones ¿Ella sufre de falla renal?

—Así es doctor, ella tiene falla renal —dijo Emily.

—Pues supongo que está recibiendo tratamiento de diálisis ¿Cierto? —ella asintió—, pues ella necesita su tratamiento urgente, le hicimos una ecografía y su riñón está deteriorado, lamento ser portador de esta noticia pero... —hizo una pausa—, si ella no responde a la diálisis tendrá que recibir un transplante de emergencia.

Emily rompió en llanto en los brazos de Jamie, yo estaba en shock, papá agradeció al doctor y dijo que regresaba en un momento para llegar a Emily para que le hiciera compañía a Emma para hacerle la sesión de diálisis.

—Mi niña no —sollozaba fuerte—, Dios mío.

Me senté en la silla de golpe tratando de asimilar lo que había escuchado, mi hija estaba empeorando y no sabía cómo afrontar todo esto, por primera vez en años tenía miedo, mucho miedo de perder a la persona más valiosa para mí que era mi hija.. ¡Joder! ¿Un trasplante? Eso sería complicado, pero teníamos que buscarle una solución a esto

Poco después llegó el doctor con la enfermera para indicarle dónde tenía que ir, Jamie ni yo nos separamos de ella, teníamos que estar con nuestra hija.

Llegamos hasta la sala donde se realizaría la Diálisis de Emma, en la habitación habían muchos niños con sus padres, llegamos a ella y estaba acostada, su rostro estaba muy pálido. Emily se acercó a ella de inmediato

—Aquí está mamá mi amor —ella sonrió.

—Mami quiero irme —hablaba en voz baja.

Me acerque a ella y me acosté a su lado, con cuidado la abracé y ella tomó mi mano suavemente, su pequeña mano estaba fría.

—Papi llévame a casa —empezó a llorar.

—No llores mi vida —acaricié su cabello—, tienes que quedarte aquí por un momento ¿Si? Papá Jamie y yo nos quedaremos aquí para cuidarte.

—Asi es mi princesita —Jamie trato de sonreír fallando en el intento—, me quedaré aquí junto a ti hasta que todo termine y nos vayamos a casa a ver tus caricaturas.

Emma cerró los ojos y me tomó la mano, se quejaba de dolor más no decía nada, Emily estaba abrazada a A Jamie mientras ambos lloraban, yo no quería hacerlo, quería pensar que mi hija estaría bien, quiero creerlo, porque verla así me partía en corazón en mil pedazos.

Solo espero que está diálisis haga que mejore, odiaba estar así, odiaba verla así y no poder hacer nada..

—Estarás bien mi niña hermosa —susurré.

Estarás bien...

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