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Entré a mi oficina y ahí me estaban esperando Karla y su padre, el señor Smith.
Tomé aire y me senté en mi escritorio, Karla me miraba seria al igual que su padre.
—¿A qué debo su visita señor Smith?
—¿A qué? —rió sin gracia— vine, porque quiero que me expliques porque rompiste con mi hija.
—No pude haber roto con ella cuando jamás tuvimos algo —negué.
—¿Cómo te atreves a decirme esto? —ella chilló— salimos por meses Julian ¿Acaso no fue suficiente para ti?
—Pues si, salíamos pero jamás concretamos nada, escucha.. Lamento si creíste que al salir tendríamos una relación, pero yo amo a otra mujer y además de que tengo otra responsabilidad que atender.
No quiero decirles sobre mi hija, ese no es su asunto.
—Ya mi hija me contó sobre esa mujer que al parecer no existe —dijo serio—, pero a lo que vine realmente es a retirar mi sociedad con esta constructora.
Imbécil..
—Esta bien —respondí sin mucha importancia.
—¿Eso es lo que dirás? —ella parecía estar molesta o creo que lo estaba.
—Pues ¿Que quieres que diga? ¿Que le ruegue a tu padre que no la retire a cambio de estar contigo? No me vengas con eso Karla —negué—, usted es libre de irse si lo desea señor Smith, créame que hay muchos empresarios que desean asociarse con nosotros.
El negaba molesto, si creía que iba a caer en el jueguito de su hija mimada estaba equivocado, voy a mantenerme firme en mi decisión y voy a recuperar a Emily.
Se levantó y salió de mi oficina molesto no sin antes decirme "mañana viene mi abogado" Karla se quedó sentada frente ¿Que quería?
—Eres un idiota y esto me lo pagas —dijo molesta.
—Tus amenazas me tienen sin cuidado.
La puerta de mi oficina entró dejando ver a Emma solita, caminó hasta mi escritorio y me dió un beso en la mejilla, cosa que acepté gustoso.
—Que besito más bello me acabas de dar —le sonreí— ¿Y papá Jamie?
—Está metido en papeles —reí— así que me salí de aquel sitio y vine hasta aquí.
—¿Cómo supiste que está es mi oficina?
—Se leer un poquito —asentí— y pues acerté —miró a Karla— Lo siento señorita, debí tocar ¿Verdad? —me miró algo asustada.
—No princesa, está bien, ya la señorita se iba.
Ella suspiro aliviada, por un momento olvidé que Karla seguía aquí.
—Entonces por eso me terminaste, porque apareció la mujercita con su bas... —la interrumpí.
—Ni se te ocurra terminar esa frase —me levanté de mi silla— a mi puedes llamarme como se te de la gana, pero a ella la respetas ¿Está claro?
Ella miró mal a Emma.
—No la mires así porque soy capaz de sacarte los ojos yo mismo —dije molesto.
—No serías capaz de hacerme daño Julian —negó.
—¡Jah! Creeme que por defender a mi hija de quién sea soy capaz de hacer cualquier cosa.
Trate de controlar mi lengua y no decirle lo que se merecía porque Emma estaba aquí.
Ella salió de mi oficina molesta, me senté y ella miraba todo con curiosidad.
—Papá —la mire— ¿Estás molesto?
—Contigo no princesita —acaricié su cabello.
—Ella parecía mala —rió leve—, tengo hambre.
—¿Que quieres comer?
—No me preguntes —hizo un puchero— porque si fuese por mi, comería pastel todo el día.
—Pero no puedes —llame a mi secretaria y a los segundos la tenía frente a mi.
Ella sacó su libreta y bolígrafo para anotar.
—Llama a este restaurante —le di la tarjeta— pide un domicilio para mí, para ella —señalé a Emma—, y Jamie.
—Claro señor ¿Que ordeno?
—Ordena pollo a la plancha sin sal, con papas horneadas —mire a Emma— ¿Te gusta el brócoli?
—Si, mamá dice que eso hará que me crezca el cabello —sonrió dulce.
Me va a matar con esa sonrisa...
—Ensalada de brócoli y coliflor con poca sal, serán tres órdenes de lo mismo —asintió mientras anotaba—, y tres batidos de banana con leche descremada o de soya.
Preferí comer lo mismo que Emma, para que no se sintiera mal por verme comer a mi y a Jamie pollo frito o carne con papas fritas.
—Si señor, lo haré enseguida.
—Pagas con esto —le di un billete.
Asintió y se retiró de la oficina.
—Estoy aburrida.
—¿Te gusta colorear?
—¡Si! —daba saltitos.
—Emma, detente cielo, puedes lastimarte —ella se detuvo.
Saqué de mi escritorio los colores y le extendí muchas hojas blancas para que que hiciera los dibujos que quisiera.
—Gracias ¿Donde me siento?
Me levanté y le tome la mano, le coloqué un cojín en el suelo y la senté frente a la mesa que estaba en mi oficina.
La puerta se abrió de golpe dejándome ver a Jamie preocupado.
—¿Emma está aquí? —sudaba.
—Claro idiota, mírala —la señalé y el suspiró aliviado.
—Dios, me asusté cuando no la Vi en la oficina, estaba concentrado en el trabajo y no me di cuenta cuando se salió.
—Lo siento, pero estaba aburrida —siguió con sus dibujos.
—Esta bien princesa, solo avísame cuando salgas, no quiero que tú mamá me regañe si te pierdes —ella asintió— ¿Pediste comida?
—Si, llegará en media hora o menos.
Pasó media hora y la comida había llegado, los tres comimos a gusto, luego Emma se levantó.
—Quiero ir al baño —dijo tímida.
M****a, no quería que llegara..
Me levanté y la llevé al baño de mi oficina, ella me miró como si quisiera decirme algo.
—¿Que sucede linda?
—Es que.. mamá siempre entra conmigo y me toma de la mano —miró el suelo— ¿Podrías quedarte?
Carajo ¿Cómo hago eso?
—Esta bien, pero tienes que decirme que hacer.
—Solo dame la mano mientras hago pipí —le asenti.
—Me daré la vuelta para que te sientas cómoda ¿Si? ¿Necesitas ayuda?
—No puedo hacerlo solita, pero solo sostén mi mano.
Asentí de nuevo y me di la vuelta, ella tarareaba alguna canción luego sentí como tomó mi mano y la apretó mientras hacía quejidos de dolor.
—Me duele.
—Lo se princesa, eres muy fuerte ¿Sabes? A papá le asustan las agujas.
—¿En serio? —soltó una risita— Pero si eres muy enorme y las agujas son pequeñas.
—No lo sé, siempre me han asustado, no soy tan valiente para eso.
—Si te llegan a picar alguna vez te enseño un ejercicio que me enseñó mamá ¿Vale?
—Claro que si.
Le saqué algo de conversación para que se olvidara un poco del dolor, soltó mi mano así que supongo que había terminado.
—Listo —voltee—, gracias por acompañarme.
—De nada, ahora, a lavarte las manos —asintió.
La ayudé a lavarse las manos y salimos del baño, luego se sentó a seguir comiendo, después de un rato sonó mi teléfono indicando que le tocaba un medicamento, Jamie lo sacó y me lo dió para que ella lo tomara haciendo una mueca de asco.
—Saben horribles los medicamentos —ella hizo una mueca.
—Lo se, pero debes hacerlo princesa, así vas mejorando.
A la oficina entró Jason con papeles en mano.
—Tienes que firmar es.. —miró a Emma— ¡Vaya! Que linda visita ¿Quien es?
—Nuestra hija —dijo Jamie sonriente.
—¡Wow! ¿De que me perdí? —rió.
—De mucho, siéntate para contarte —señalé el sofá.
Jason estos años se ha vuelto nuestro único y fiel amigo, nos ha aconsejado de buena manera sobre Emily, insistió en seguir buscando cuando nos rendimos, está trabajando con nosotros desde hace cuatro años y es uno de nuestros mejores trabajadores, es un buen tipo y tiene nuestra confianza.
—La tienen difícil —asentimos— Emily es alguien con carácter y orgullosa, pero no se rindan, sigan hasta que ella decida volver con ustedes y si no lo hace pues F con ustedes —rió.
—Muy chistoso —Jamie lo miró mal.
—¡Oh vamos hermano! Solo bromeo, bueno no mucho —rió de nuevo—, pero si, sigan intentando ya está de vuelta por así decirlo, solo les toca conquistarla y que no sean unos... Ya saben con ella.
—Gracias amigo —dije sarcástico y el me guiñó un ojo.
Pues el tiene mucha razón, no debemos rendirnos con ella, Emily es dura pero.. se que podremos conquistarla de nuevo. La extraño y la deseo tener conmigo, solo espero que acepte vivir con nosotros.
Eso espero....