¡Qué m****a!

Livy Clarke

Cuando el presidente fue dejado hasta por su novia, existe alguna duda de que hay algo de malo.<

Aún estábamos abriendo la puerta de la casa. Yo llevaba un vestido blanco rasgado que parecía un fiasco. Maive gateó en dirección, deteniéndose cuando tocó mis tobillos hinchados. Me agaché con dificultad y la tomé en brazos.

Una niñera estaba en la sala. La televisión encendida. Miré hacia el interior y vi a Liz sentada en el sofá, junto con Juan y Heric. Estaban todos allí, viendo las noticias. La escena donde huí de la iglesia no dejaba de repetirse. No lo noté en ese momento, pero Liz me lanzó una docena de pétalos de rosas blancas y eso provocó carcajadas de las personas que narraban la escena.

– ¿Qué hacen aquí? – Preguntó Hardin. Entró en la sala y encaró a la niñera, intentando dormir a Tom.

La pequeña bolita vio a su padre y olvidó que tenía un regazo calentito con él. Sus bracitos se agitaron, pidiendo a su papá. Hardin lo tomó en brazos al instante, besando la parte
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