Me fui durante la madrugada.
Hardin Holloway
– ¿Yo? ¿Celosa de ti? ¡Claro que no! Puedes acostarte con cuantas secretarias quieras. No perdonas a las feas, ¿por qué dejarías pasar a alguien como ella?
Torcí mis labios en una sonrisa genuina. Aún intentaba ser seductor, sentado como un verdadero caballero, mientras ella evitaba mirarme. Aquellos ojos hermosos, rasgados y completamente pegados a la pila de papeles donde fingía leer un documento al revés... Reí un poco más. – Lo sé... – Bromeé. Estiré mis manos y giré el documento al lado correcto que ella debía leer. – Creo que sería mucho más fácil si lo intentas de la manera correcta.
Aquellas mejillas estaban completamente rojas. Livy dejó la pluma a un lado y me encaró. – ¿Qué quieres conmigo?
– ¿Qué quiero? – Me acerqué a la mesa y aquellas gafas de lectura se deslizaron de su nariz y cayeron cuando Livy Clarke se puso nerviosa. – ¡A ti!
Rápidamente, ella lo recogió. Su semblante no parecía feliz. – Bueno, tendrás que pedir otra cosa. ¿Servirá la secretaria?
–