Capítulo 57. El peso de un apellido.
Derek.
La sala de reuniones estaba completamente ocupada. Hombres y mujeres trajeados, con rostros imperturbables, miraban las pantallas frente a ellos o consultaban sus tablets. Todos presentes. Todos convocados con urgencia.
Derek entró al recinto con paso firme, acompañado de Alan. Vestía un traje negro impecable y una serenidad que solo se logra cuando ya no se teme perder nada.
Sabía lo que le esperaba. Y estaba preparado para enfrentarlo.
El primero en tomar la palabra fue el señor McLaren, uno de los inversores más antiguos… y también uno de los más cercanos a los Walsh.
—Señor Winston —comenzó, sin rodeos—. Todos aquí estamos al tanto del comunicado que usted publicó esta mañana. Como grupo inversor, no podemos ignorar el impacto mediático de este tipo de revelaciones.
Un hijo no reconocido. Un compromiso roto. El escándalo con los Walsh…
Derek lo interrumpió con voz firme pero sin levantar el tono.
—Ese hijo no fue reconocido porque me negaron la verdad. Y no fue su madre qu