Narra Kim
La angustia invade a Alessandro quien aunque me dice que descanse, no me deja hacerlo, al sentir como mueve sus pies, mostrando su angustia. Por lo que, me giro y ello, sobresalta a mi esposo y prometido a la vez.
— ¿Estas bien, cariño? ¿Te duele algo? ¿Sientes nauseas? — pregunta Alessandro angustiado.
‘No debiste mencionar la posibilidad de un embarazo. Eso lo puso más angustiado de lo que ya estaba’ me regañó mentalmente.
— Cariño, por favor, necesito que te calmes un poco. Estoy bien. No es el fin del mundo y yo no estoy muriendo. — digo seria.
— Lo sé. Pero…
— Déjalo ir. Deja ir tus preocupaciones. Todo está bien, incluso si no es lo que creemos, todo estará bien. — murmuro y él asiente.
— De acuerdo.
El piloto anuncia el aterrizaje y Alessandro suspira aliviado, para después, levantarse de la cama y extender su mano hacia mí.
— Vamos a tomar nuestros asientos. Es mejor aterrizar sentados. — dice Alessandro y yo asiento, sabiendo que ahora está bastante angustiado.
Si