La angustia lo invadió por completo y usando solo una toalla, abrió la puesta asustando, buscando alguna ayuda al no poder despertar a Kim. Varios estaban dormidos, los únicos que se encontraban despiertos, eran las personas que vigilaban a Dante y fue a ellos donde se dirigió.
— ¿Hay médicos aquí? — pregunta Alessandro angustiado.
— Bueno…
— Cualquier persona que tenga conocimientos de primeros auxilios, necesito que me ayuden.
— Iré a buscar a alguien.
— Rápido, que vaya a la habitación y que los demás, no quiten su mirada del maldito. No quiero que esto sirva para que pueda escaparse.
— Ojalá sea Kim quien esté muriendo.
— Sueña, Dante. Sueña todo lo que quieras, pero, nunca creas que vas a poder ponerle una mano encima a mi esposa. — responde Alessandro para después dirigirse hacia sus hombres — muévase rápido.
Alessandro se marcha y rápidamente, coloca la cabeza de Kim sobre una almohada, mientras se asegura de estar cubierta y no parezca que durante el sexo, perdió el conocimie