De inmediato, todos se mueven y en menos de diez minutos, la jefa del piso de obstetricia, está colocado el gel para poder realizarme la ecografía. La angustia me invade y sé que por como Alessandro toma mi mano, él está igual de ansioso.
— Bien, señores Delacroix, vamos a ver cómo está todo dentro. ¿Están listos? — pregunta la doctora y ambos asentimiento sin poder decir una palabra.
La mujer, comienza a mover el aparato mientras mira la pantalla atentamente. Su silencio, me da malas noticias y angustiada, miro a Alessandro quien observa a la doctora, con mucha esperanza en su mirada.
— ¿Qué sucede?
— Lo siento, pero no hay señales de un embarazo. — informa la doctora
— No es posible.
— Bueno…
— ¿Puede hacerle una ecografía más profunda? En el anterior embarazo, le hicieron una por su vagina porque era muy pronto para verlo por el abdomen. — murmura Alessandro y yo aprieto su mano, para que se enfoque en mí.
— No hay bebé, cariño. No aún. Pero, eso no quiere decir que nunca lo hab