Días después
El orgasmo arrollador, me deja sin palabras sobre el borde de mi cama. Cuando creo que la vida de casada, podría ser aburrida y rutinaria. Alessandro Delacroix le da un significado muy distinto y extasiante.
Los espasmos me hacen contraer y relajar mi cuerpo, mientras él sale de mi interior y besa la unión de mis pechos, arrastrando sus labios hasta mi ombligo. Estaba agotada y apenas eran las siete de la mañana.
— Buenos días, querida esposa — murmura Alessandro para después, besar castamente mis labios.
— Dios, ya no puedo quejarme por llegar tarde al trabajo, cuando el motivo es demasiado bueno. — murmuro y Alessandro me sonríe.
— Por fin estás siendo honesta contigo, cariño. — murmura Alessandro y yo intento moverme para irme a bañar, aunque todo mi cuerpo duela
— Muchas mujeres lo último que ven es a su esposo durmiendo y es lo primero que ven cuando se despiertan, no esto.
— Bueno, me alegra provocar tu sueño después de una sesión intensa de sueño y despertarte con