Apenas salimos del lugar, el caos se muestra evidente. Porque Alessandro, trajo a varios guardaespaldas que atraparon a la mujer que había corrido, aunque me detengo, Alessandro toma mi hombro y niega.
— No vamos a exponernos, Kim. Primero es nuestra seguridad, después, vamos a saber sobre esto. — dice Alessandro y yo asiento.
Sabiendo que tiene razón, enciendo nuevamente el auto y conduzco hasta la casa, pero, Alessandro vuelve a tocar mi hombro.
— En realidad, también vine a buscarte por algo importante. Así que, quiero que vayamos a otro sitio.
— ¿Es seguro?
— Lo es y allá, está mi madre y Asher. Nos están esperando. — comenta Alessandro colocando la dirección en su teléfono y conectando el mismo con el navegador del auto.
— ¿Es algo malo? — pregunto preocupada y él niega
— Habíamos pedido que se hiciera en otro momento, cuando mi madre estuviera lista. Al parecer, ya lo está.
— ¿Para qué?
— Para leer el testamento de mi padre — dice Alessandro y yo me detengo.
— Bueno, yo… ¿nec