Dereck ignoró al hombre en el piso e inmediatamente cargó a Ethan.
—¡Ethan, Ethan! —gritaba de dolor mientras el pequeño seguía echando espuma por la boca. Paola comenzó a llorar, y su cabeza le daba vueltas como si la golpearan con una piedra.
Paola corrió a llamar a los guardias para que vinieran