Dereck suspiró suavemente mientras se incorporaba, dejando sus piernas colgando al borde de la cama, sus pies tocando el suelo frío.
—¿Desde cuándo estoy durmiendo? —preguntó con la voz aún ronca.
—Erm… hoy es sábado y son las 4:00 p. m., señor —respondió Elva, de pie junto a la puerta, con una expr