—Oye qué te está pasando. No quiero que me vuelvas a tomar de esa manera.— Yesenia retrocedió dos pasos atrás y lo miraba con confusión.
—Yesenia si tú sabes sobre eso necesito que me lo digas.
—Es que yo no sé nada ni siquiera sé de qué estás hablando, Rodrigo.
—No quiero que me cambies el tema, Yesenia. Mis padres desde hace un par de días están actuando extraño y tengo las sospechas de algo terrible.
—¿Algo terrible cómo qué? Mira ya tienes que entender que quizás tus padres tengan problemas o que...
—¡Es que no me refiero a problemas matrimoniales!— Exclamó Rodrigo. Yesenia se le quedó mirando, —Ya van varias veces que encuentro a mi madre llorando y ella no quiere hablarme de lo que le está pasando. Me dice que no tiene nada, pero no me cambia la mentalidad de que si está ocurriendo algo.
—Lo que tienes que hacer es darle tiempo a tu madre y estoy segura de que ella va a abrir su corazón.— Ella avanzó solamente un paso, —¿Crees que puedas mantener la paciencia hasta que tu madr