31. Quiero Tener Todo Mi Marido
Alan miró a Serli y Aldo alternativamente, su pecho subía y bajaba para reprimir la ira que estaba burbujeando. Sus ojos se entrecerraron, afilados como cuchillos listos para cortar mentiras. Intentó controlarse, pero cada segundo que pasaba hacía que sus emociones se intensificaran.
"¡Sal, quiero hablar con Aldo!" Ordenó, su voz baja pero penetrante, fría como el hielo que heló la habitación.
“P-pero”, murmuró Serli, con la voz temblorosa.
Serli miró a Alan con ojos suplicantes y luego se volvió hacia Aldo en busca de protección. Sabía que si los dos hombres se encontraban en circunstancias como ésta, podría suceder algo indeseable.
Aldo miró a Serli y luego asintió lentamente. "Ve primero, yo te alcanzaré más tarde".
Serli bajó la cabeza, se alejó con pasos nerviosos, miró hacia atrás una vez antes de que se cerrara la puerta.
Alan no le quitaba los ojos de encima a Aldo. Arrugó el sobre marrón que tenía en la mano hasta que el papel se arrugó. El sobre contiene algo que podría dest