Por otra parte, ignorando lo que su psicópata de su exesposa planeaba, Scott habia logrado que Karen estuviera relajada y lo acompañara el interior de la casa para que tomara asiento y descansara, recordándole que no podía sobre esforzarse mucho por los gemelos.
- Puedes traerme un jugo – pidió Scott a una de las sirvientas, quien rápido fue a buscarlo a la cocina.
- Decimo – indico ella pasándole un vaso de jugo de naranja.
- Gracias – menciono tomándola – ten Karen, tómalo por favor te vez algo pálida.
- Yo no… - Karen quiso negarse, pero al notar la insistencia del rubio, solo dejo escapar un suspiro antes de tomar el vaso y beberlo.
- Sabes… - empezo a decir apenado el rubio, mientras se sentaba al lado de ella – yo…
- No estes nervioso, te escucho – dijo Karen – di lo que quieras.
- … - Scott sonrió ante esas palabras respirando hondo para tomar la mano libre de la rubia platinada y verla a los ojos – sabes, antes de toda esta locura yo habia pensado en secuestrarte un rato