Margot finalizo la llamada y dejo escapar un suspiro, mientras sentía la necesidad restregar sus ojos con sus manos, porque ella odiaba las cosas complicadas.
- Tranquila – le dijo Alessandro.
- A veces siento que no puedo con esta presión, porque me enoja ver que siempre existen los envidiosos.
- Así pasa en todos lados, no solo en la mafia, prima.
- Tú también te vez tenso – dijo ella notando la seriedad del peli morado.
- Bueno es que ando pensando mentalmente como le daré mi reposte al señor Diego y dependiendo de su reacción, creo que igual entregare mi carta de renuncia.
- Sabes por como actúas y te expresas, ahora en verdad pareces una copia del tío Kenji – se burló Margot buscando aligerar el ambiente y de paso molestar un poco a su primo – solo tienes el color de cabello de tía.
- No empieces a fastidiar – dijo aburrido sin mirarle a ver – apropósito, ¿tío sabe de tu amorío con ese sujeto del gobierno? – pregunto sonriendo de lado notando que ella se tensaba y lo miraba