Lily
Una fila de estanterías cubría la pared del fondo, repletas de libros. Eran mis compañeros durante las noches de insomnio y las tardes solitarias, ofreciéndome un escape a mundos lejanos.
Y luego estaba el espejo del baño, donde ahora me encontraba, salpicándome agua en la cara antes de mirar fijamente mi reflejo. A la cara que soportaba el peso de innumerables solicitudes de empleo, rechazos interminables y el sofocante yugo de la desesperación.
Me incliné hacia adelante, recorriendo con la mirada las líneas grabadas en mi rostro. Las ojeras se habían oscurecido por las noches de insomnio y la ansiedad de la incertidumbre. El espejo era un reflejo despiadado de mi creciente inseguridad.
Las grandes bolsas bajo mis cansados ojos verdes y mi agotado cabello rubio reflejaban a la perfección mi frustración.
Mi mente volvió a la entrevista de hoy, una más entre muchas otras.
Siempre empezaba con promesas, pero algo cambiaba por el camino. Al final, siempre obtenía el mismo resultad