—¿Quieres pastel Kilian? —ofrece Eliana.
—Yo le sirvo, tu descansa. Ya has hecho mucho.
Dice Rachel y Eliana se sorprende por su respuesta, pero sonríe y asiente, quedándose sentada al lado de Olga.
Rachel se va a la cocina y Kilian la sigue, es pera estar fuera de la vista de todos para abrazarla por la espalda y besar su cuello.
—Lo lamento de verdad.
No tenía que hacerlo, no tenía que ofrecer ni una sola disculpa, pero lo estaba haciendo y no podía luchar en contra de ello.
—Kilian no importa— dice restándole importancia al momento que se gira y queda frente a él. —Lo digo en serio.
Él sonríe y la besa bruscamente, la toma de las piernas, la deja sobre la encimera y no da tregua a que sus labios se separen.
—No, Kilian aquí no— dice entre risas.
Él sonríe de escucharla sonreír y une su frente con la de ella.
—No haré nada indecente, solo quiero tenerte así por un momento.
El hecho de haberse acostado con otra mujer y solo haber pensado en ella, lo tiene con ansias de tenerla en sus