Yahir sonrió: —En efecto.
Mientras tanto, el hombre frente a Mariana giró la cabeza y estornudó de repente.
La persona a su lado le pasó rápidamente un pañuelo.
—Por favor, tomen asiento. La subasta de esta noche está por comenzar —anunció una voz.
Un robot se acercó a Mariana.
El brazalete de jade, mucho más impresionante en persona que en la foto, le llamó la atención a Mariana.
Su calidad era tan alta que habría querido comprarlo para su madre, si no fuera por la limitación de fondos de esa noche.
Mariana se recostó y disfrutó del espectáculo mientras casi todos los asistentes con acompañantes pujaban por el brazalete.
Pronto, el precio alcanzó los cinco millones.
Mariana pensó: Este precio debería ser el límite. Si alguien valora su calidad, la subasta debería terminar aquí. Seguir pujando sería una pérdida.
Y efectivamente, todos parecían reconocer su valor, y el brazalete se vendió por cinco millones.
—Pasemos al segundo artículo —anunció la voz.
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