En el Hospital.
Mariana acababa de llegar al consultorio cuando escuchó a Sandra gritar por todas partes: —¿Ha llegado la doctora Duarte?
Sandra estaba muy preocupada, preguntando: —Doctora Chávez, ¿ha visto a la doctora Duarte?
Mariana con confusión, respondió: —¿Pasa algo?
—Una paciente ha tenido un síntoma repentino y la doctora Escobar no puede identificarlo —dijo Sandra desesperada.
Mariana frunció el ceño, se enfundó en su bata blanca y pronunció: —Llévame allí.
—¿Qué? —Sandra la miró incrédula.
¿Mariana iba?
—Vamos —Mariana tomó del brazo a Sandra. Quería echar un vistazo.
Al no encontrar a la doctora Duarte, Sandra se vio obligada a llevar a Mariana, una medida desesperada pero necesaria.
Cuando Mariana llegó a la habitación del paciente, había muchos familiares alrededor de la puerta.
Mariana echó un vistazo afuera y dijo: —Primero, que todos se aparten, ¿qué hacen estorbando ahí?
Helena la vio y le dijo: —El paciente acaba de someterse a una operación, ayer todos sus indicado