Camilo asintió, indicando que Mariana se quedara con ellos.
Pero Mariana estaba realmente cansada y casi eran las ocho. No sabía qué le pasaba; estaba especialmente distraída en ese momento, sobre todo al ver que sus amigos en las redes sociales estaban publicando mensajes sobre la víspera de Año Nuevo.
—No me uniré a ustedes —rechazó Mariana de todos modos.
Pera miró a Mariana con una expresión de renuencia; quería que Mariana continuara con ellos. Después de todo, era bastante difícil que todos se reunieran.
Mariana miró a Pera con una mirada profunda. Sentía que no podía resistir ante las chicas que sabían coquetear y mostrarse blandengues. Con Pera actuando así, se sentía un poco avergonzada de rechazarla.
—Todavía no me has dicho qué querías decirme —recordó Mariana.
—Si me acompañas a cambiar de lugar, te lo diré. ¿No es perfecto? —sonrió Pera.
Mariana frunció ligeramente el ceño. Entonces, si quería saber, tendría que seguir a Pera a cambiar de lugar, ¿verdad? Pera encogió los h