—Antes de fin de año, voy a organizar un desfile personal. Mariana, te invito oficialmente a ser mi modelo. ¿Te parece bien?
Dicho esto, Catalina sacó un boleto de invitación de su bolsillo y se lo entregó a Mariana. No era una idea repentina, ¡sino algo que había planeado desde hace tiempo!
—¡Vaya, qué sorpresivo! Mamá, si no me lo dijiste antes, necesito tiempo para controlar mi figura y perder algo de peso —Mariana se frotó el estómago; parecía que había ganado unos kilos últimamente.
—¿Perder peso? ¡Ya estás muy delgada! —Catalina frunció el ceño; no quería que Mariana adelgazara más.
Catalina no se olvidó de preguntarle a Walter: —¿Verdad que sí, señor Guzmán?
Walter, de repente nombrado, asintió rápidamente.
—La señora tiene razón, Mari está realmente delgada.
Mariana le lanzó una mirada, y ambos se quedaron en silencio. Walter se sintió incómodo y se levantó.
—Voy a ver si necesitan ayuda.
—Está bien —Catalina sonrió.
Walter se dirigió a la cocina, mientras Catalina le daba un p