Walter no se preocupó más por eso. Estaba feliz de que Mariana se quedara. Al menos eso demostraba que ella no era tan reacia.
Mariana estaba sentada frente a Walter. Él comía fideos mientras ella enviaba un mensaje a su padre para informarle que no volvería esa noche.
También aprovechó para revisar las noticias del instituto.
Walter comía despacio, disfrutando del cálido momento de estar sentados juntos a la mesa. No sabía si era el efecto del medicamento o el calor de la sopa, pero sentía que su estómago se había aliviado bastante.
Mientras Mariana navegaba por las redes sociales, de repente vio una publicación de un amigo que decía:
[¿Quién entiende? El jefe está de vacaciones, el asistente toma el mando, ¡y es más duro que el jefe!]
Este amigo trabajaba en Grupo Guzmán.
—¿No trabajas ya? —preguntó Mariana a Walter.
Él respondió: —Estoy de descanso. Volveré a trabajar después del Año Nuevo.
Mariana levantó una ceja. No era de extrañar que dijera que necesitaba tres meses. Resulta qu