—Así que te admiro mucho. Salvaste a Walter, pero en todos estos años nunca lo mencionaste —Vicente abrió los brazos, con una mirada acusadora.
Si realmente había salvado a Walter.
Incluso cuando Walter y ella se casaron, Mariana nunca le reveló la verdad.
¿Cómo lo había conseguido?
En la mente de Vicente, Jimena siempre usaba eso como excusa para presionar a Walter.
Recordaba que un año que volvió al país para tramitar unos documentos, Jacob los había reunido para comer los tres, pero Walter había llevado a Jimena.
Cuando Walter salió a atender una llamada, él había hablado con Jimena. Ella no paraba de decir que casi había muerto al salvar a Walter. Hasta que él terminó harto.
Al principio se había sorprendido y admirado esa pequeña y delicada señorita que había sido capaz de sacrificar su vida por Walter.
Pero ahora, pensándolo bien, cuanto menos has hecho, más te aferras a ello.
Ella había robado el amor de los demás y arruinado sus vidas.
¡Qué despreciable!
—¿Jimena... se hizo pas