Mundo ficciónIniciar sesiónBianca Palmieri es las más grande actriz juvenil del país, hija de un famoso senador. Todo el mundo cree que lleva una envidiable vida, podrían decir casi perfecta que todos desearian tener, pero las vidas perfecta no existen y Bianca debe lidiar con los fantasmas del pasado, dejando sus adicciones atrás y abriendo su corazón que fue herido por un hombre que la llevo a ese mundo de perdición. Gracias a su padre llegara a su vida un hombre que le hará sentir que puede abrir su corazón de nuevo. Pero este se niega a vivir el amor porque para el ella es solo un sujeto que tiene que cuidar... Dante De Luca ex agente de policía debe dejar atrás la culpa y el rencor para poder seguir con su vida a lo que se niega olvidar; hasta que conoce a su nuevo trabajo; la actriz Bianca Palmieri, al verla todo su ser la reclama como suya, no puede dejar de pensar en besar aquella pequeña boca, abrazar ese pequeño cuerpo y protegerla de todos con su vida. Una noche no resistirá más su forzada fortaleza que ha construido para hacer su trabajo perfecto, su sentimiento surgirá con una fuerza y se entregarán los dos al amor, y los consumirá el fuego el deseo. Al final Dante ha roto su regla número uno "No involucrarse con el sujeto" desde ese momento Dante De Luca hará todo por tenerla a su lado y dirá: Es Mía....
Leer másAlpemburg
Desde niña siempre quise ser reina de Alpemburgo, a pesar de ser la tercera en la línea de sucesión. Pauline, la futura monarca, que se había preparado prácticamente toda su vida para hacerse cargo del país, renunció, dejando la responsabilidad de llevar la corona en manos de nuestra hermana mediana, Alexia.Siempre había oído decir a mis hermanas que ser la futura reina era una carga que había que soportar. Yo nunca lo vi así. Siempre me sentí una privilegiada por formar parte de la monarquía y haber nacido princesa de un reino/país tan maravilloso como Alpemburgo, que gobernaron mi padre, mi abuelo, sin duda mi bisabuelo y todo el linaje D'Auvergne Bretonne.Me gustaba esa vida llena de lujos. Me sentía feliz de ser querido e idolatrado por la gente de mi país, como lo había sido mi padre en otro tiempo. Alexia, aunque seria y siempre bien apoyada políticamente por nuestro abuelo, había terminado su reinado con buena nota, considerada una reina responsable y con buenas alianzas políticas. En resumen: un reinado de paz.Yo debería haber asumido el trono al cumplir los 18 años, pero debido a una ley hecha por mi hermana y desgraciadamente aceptada y firmada por todos los miembros de la corte, asumiría la corona al cumplir los 19 años. Según Alexia, yo era demasiado joven para ser reina a esa edad y el año anterior a la coronación lo pasaría estudiando en Alpemburgo.Alexia tampoco permaneció en el poder. Mi padre asumió el poder de forma interina hasta que finalmente pude convertirme en reina. Mi hermana, en cambio, al día siguiente de dejar el trono voló directamente con su marido y sus dos hijos al país donde se celebraba el GP, que siempre había sido su amor: la velocidad, también compartida por su marido, Andy.Yo ya empezaba a apropiarme de las cuestiones políticas como quería Alexia. Mi padre se había hecho cargo de Alpemburgo, pero entre bastidores yo le ayudaba y estudiaba como una loca sobre economía, administración, ciencias sociales y todo lo relacionado con los países cercanos al nuestro, especialmente los que compartían frontera territorial.Oí que llamaban a la puerta y me gritaron que entrara. Era Odette. Llevaba un móvil en la mano y la expresión de su cara ya me decía que era trabajo para mí.Puse los ojos en blanco, aburrido. - No tiene sentido que me mire con esos ojos, ¡"Alteza"! - Era irónica.- Haré que te corten la cabeza -amenacé, conteniendo la risa-.- Como aún no eres la reina, mi cabeza está garantizada. - Ella parpadeó, libertina.- ¿Qué es lo que quieres? - Me tumbé boca abajo en la cama, echando el libro hacia atrás.- Donatello Durand ha llamado innumerables veces, me ha llenado la bandeja de entrada y creo que deberías darle una exclusiva.- ¡Ni hablar!- Esto es profesional, Aimê. Sólo está haciendo su trabajo. ¿Por qué no le das una oportunidad?- Porque no me gusta.- Eso no lo justifica.- Yo puedo elegir a quién le doy entrevistas y a él no lo quiero.- Tío, sólo te dejó cuando eras un adolescente. Tienes que superarlo.- Ya lo superé.- ¿Superarlo? - Se rió. - Si lo has superado, dale la entrevista.- ¡No! No se hará famoso a mi costa.- Como si no te gustara conceder entrevistas a nadie. - Volvió a mostrarse sarcástica. - Dale la exclusiva y acaba con la persecución de este hombre de una vez por todas.- Si llega el caso, me perseguirá el resto de mi vida. - Me reí.- Fue nuestro colega durante muchos años. - No estábamos muy unidos a él.- ¿No? Incluso le enviaba mensajes, que yo recuerde. Simplemente no nos acercábamos porque "él" no quería.- ¡Maldita sea, siempre fue tan feo! ¿Qué me poseyó para querer estar con Donatello?- ¿La adolescencia? - Se reía. - ¿Hormonas en su apogeo? ¿Picazón en la vagina?Tiré de ella con fuerza, haciendo que se sentara en la cama:- Tal vez lo piense más tarde. Por ahora no.- ¿Me prometes que lo pensarás detenidamente? No soporto a este hombre obsesionado con una entrevista exclusiva con la princesa. - ¿Y de qué tema quiere hablar?- Relaciones amorosas y algo más que no quise mencionar.Me eché a reír:- Apuesto a que se arriesgará a decir que me rechazó en el pasado, cuando yo era una adolescente con granos. Y si lo hace, se convertirá en un reportero famoso de la noche a la mañana. No voy a dejar que se haga famoso a mi costa. Además, no estoy en una relación romántica.- ¿No? - Odette arqueó una ceja. - ¿Y qué quiere decir Max?- Max es... Bueno...- Tardó un poco en contestar. En otras palabras, ¿significa algo?Respiré hondo y me di la vuelta, mirando al techo, "su" cara me vino a la mente:- ¿Imagina si decidiera decirle la verdad a Donatello Durand? ¿Que toda mi vida sólo me ha gustado un hombre... ¿Y que es el marido de mi hermana?- ¡Mierda! Ahora que Andrew está lejos, te librarás de este amor de infancia.Suspiré:- Siempre les dije la verdad: que lo amaba. Nunca me creyeron.- Tiene edad para ser tu padre.- No tan viejo. - Volví la cara en su dirección. - Pero él hizo al pequeño Arthur... Quien me salvó la vida.- Vale, después de este amor platónico tuyo por Andrew, que ya hace tiempo que se fue y está locamente enamorado de tu hermana, ¿vas a enfrentarte a Max?- No -dije sinceramente, porque Odette era una de las pocas personas a las que no les ocultaba nada, ni siquiera mis pensamientos más salvajes y profundos.- ¿No? - Puso cara de sorpresa. - Pensé que ahora que ya se había fijado la fecha para ocupar el trono y Andrew estaba fuera, por fin revelaría a todo el mundo lo tuyo con Max.Me senté en la gigantesca y bien colocada cama, aunque ya me había movido en ella innumerables veces. Clavé la mirada en los hermosos ojos oscuros de Odette, que parecían canicas, tan redondos y bien maquillados, con el negro del rímel y el lápiz en gruesos trazos resaltando aún más su belleza.- Me gusta Max", confesé. - Y me gustan sus besos y sus pasos calientes. Reconozco que me moja las bragas. Pero nunca me comprometería a nada con él.- Pero... Pensé que os gustabais.- Y nos gustamos. Nunca le mentí. Y yo nunca le mentí. Pero que me guste Max y me guste estar escondida no significa que me casaría con él.- No estoy hablando de matrimonio. Pero... Una aventura.- Max es mi guardia de seguridad.Los días pasaron muy rápido a Sophie le habían dado el alta y ahora estaba en casa de Dante jugando feliz con Angello que al verla corrió feliz a su encuentro, Dante estaba abrazando a Bianca y disfrutando el sonido de las risas de los niños, la mamá de Anabella fue junto a su nieto habían sido tres días sin verlo que tenía planeado en cuanto lo viera le daría los besos que no había recibido estos días, —¿Estas feliz?— Bianca le acarició su mejilla con ternura, el la miro como siempre con amor, —Si, estoy muy feliz— todo había cambiado tanto, ya no era ese hombre que buscaba a las mujeres para satisfacer sus necesidades, no porque ahora estaba completo con Bianca, su otra mitad,— te tengo a ti, ya está aquí mi hija, sabes se parece tanto a mi mamá— Bianca sonrió— está conmigo Angello que haré un hombre de bien, —Te creo— acarició su cabello— mi amor, organice una pequeña reunión para darle la bienvenida a Sophie, no te molesta —Por supuesto que no, así ella va ir conociendo a la
¿Te gusta la pizza?— Bianca estaba en la cocina junto a Ágata mirando al pequeño Angello comer con gusto la rebanada de pizza de pepperoni que él había pedido—Si señorita— dijo con la boca llena, Bianca sonrió al ver al niño comer bien—Dime Bianca Angello— le dijo dulcemente al pequeño que sonrió— toma aquí está una rica agua de naranja— tomo el vaso con gusto y le dio un gran trago— como Angello— dijo al separarse para ver hablar con Ágata, estaba preocupada por la Sophie que había pasado para que llegará al hospital— ha llamado Dante Ágata—No niña Bianca, espero no sea nada grave— eso mismo deseaba Bianca, miro la ropa sucia de Angello, no tenían con que cambiarlo si querían que se diera un buen baño —Hay que limpiar tres habitaciones Ágata— asintió— y hay que comprar algo de ropa para Angello y Sophie…— comenzó a sonar el timbre de la puerta—Ahora regreso niña Bianca— Bianca sonrió porque no podía decirle solamente Bianca, regreso junto a Angello que estaba feliz comiendo—Do
Dante sintió un golpe en la boca del estómago, su hija, la niña que estaba buscando la tenía ahí cerca, en ese hospital pero enferma, ¿Qué podría tener para la llevarán al hospital? ¿Sería grave? Fueron las preguntas que se formulo en la cabeza, sin saber en qué momento comenzó a sentir como las lágrimas rodaban por su rostro, y de pronto sintió la mano de Bianca sobre su hombro, sentirla fue grato para él, porque sintió que estaría a su lado, le agradeció con la un gesto en la cabeza y de nuevo miro a Angello que estaba mirándolos a los dos— ¿Qué tenía tu hermanita?— el niño levantó los hombros en señal que no sabía—No sé, mi abu dijo que tenía mucha fiebre—¿Dónde está ella?— le pregunto tragando el nudo en la garganta, tenía que calmarse, no podía ver el panorama negro—Por ahí— dijo señalando atrás de él— ven te llevo— Dante tomó la mano de Angello que lo llevo por el pasillo por dónde había venido y al final dieron vuelta a la izquierda y siguieron el pasillo hasta que llegaron
Santino había logrado salir del país con su pasaporte falso, con el que había estado saliendo para ir a ver a Bianca que estaba en España, estando ya fuera de Italia, se enteró que su empresa estaba ya en la quiebra, la mayoría de los contratos se habían roto, porque nadie quería trabajar con él, no querían que lo relacionarán con él, también le habían mandado su despido del senado y aparté ya se había interpuesto una denuncia por la muerte de su primera esposa, así que el nombre de Santino Palmieri estaba ya marcado y tendría que parecer que había muerto, cerró el portátil, y antes de salir de la habitación del hotel se miro en el espejo, en cambio de color de cabello le había quedado bien. Sonrió pensando en la casa que visitaría, dónde comenzaría su nuevo negocio, tenía claro que debía manejar un perfil bajo, y sobretodo no saliera su asentó italiano, nadie podía saber dónde podría encontrarlo, y de eso estaba seguro porque casi nadie conocía su otro nombre, daba gracias a su madre
El día había llegado para Santino, el que tanto había esperado, con el que había soñado toda su vida, ser nombrado el candidato oficial del partido social democrático a la presidencia. Después que Sandro dejará que De Luca se la quitará, no sabía nada de él y era mejor, estaba harto de escuchar sus lloriqueos, no había sido lo suficientemente hombre para lograr que Bianca se volviera a enamorar de él, no había logrado estar con ella y hacerle creer que ese engendro que crecía en el vientre de su hija fuera de él y no De Luca, había llamado antes de ir a Lucca y la mujer de servicio le había confirmado que Sandro estaba en casa con una botella en mano y muchas pastillas en la mesa, al escuchar eso Santino estaba convencido que Sandro había vuelto a consumir, el niño no tenía control, pero eso sirvió para sus planes, si no había hablado con su papá lo tenía en sus manos, tendría su apoyo incondicional en las elecciones internas y mientras los demás militantes lo vieran tenía el votó de
Bianca no podía creer lo que escuchaba, ¿siempre había buscado su bien?, Pero cuál era su bien en obligarla a casarse con Bruno, dónde estaba su bien alejarla del único hombre que la amaba, que siempre estaba buscando su bien, que de bien tenía entregarla en las manos de Sandro que había sido el primero en abusar de ella, aunque tenía que reconocer que está vez en España se había comportado bien. Todo lo malo que le había pasado últimamente era su culpa, el abuso de Bruno había sido porque lo tenía amenazado con unas fotografías, y ahora lo dudaba que existiera, porque eran socios en los negocios sucios, si no hubiera estado coludido con ellos tampoco hubiera comenzado con las amenazas que eran a su persona— por eso vengo a pedir que favor no me denuncies— dijo Santino, y para Bianca todo quedó estaba quedando claro comenzó a re





Último capítulo