Scarlett jamás olvidará la expresión en el rostro de Sebastián cuando ella anunció esa cifra.
Él lo sabía todo; que ella había calculado su liquidez exacta, que era una trampa dirigida a destruirlo por completo, y sabía... que ella eligió matarlo de esa manera cuando pronunció ese número.
Hubo una extraña calma en su mirada, la de alguien golpeado por una desesperación absoluta, mezclada con un toque de amargura.
La sala entera permaneció en silencio, pero a diferencia del silencio adormecido de antes, se extendían susurros frenéticos por toda la habitación, con todas las miradas fijas en Sebastián. Solo ahora comprendían que todo ese alargamiento, apenas fue un juego para los poderes que estaban por encima de ellos.
Fuese cual fuese la decisión que tomara Sebastián, las consecuencias no caerían sobre ellos. Quizás estaban allí por los artículos, pero el espectáculo era mucho más valioso, incluso para personas de su nivel.
¿Qué haría? Todos querían saberlo, y Scarlett también.
¿Renunci