Los chicos de inmediato, dicen que no tan fuerte que me asustan y como si estuvieran frente a un paciente con una enfermedad terminal, los tres se coloca a mi alrededor y revisan mis latidos mientras los lobos cerca comienzan a rezar a la diosa luna.
‘Realmente están llevando las cosas a un límite que no creí posible en ellos.’ Me digo mentalmente negando. Se supone que los hombres lobos alfas activos, no son tan sentimentales, desesperados o molestos. Pero, yo he tenido una suerte bastante inusual porque no me encontré uno, si no, tres. — Es que no comprendo cómo pueden ser tan tontos de asustarla de esa manera con sus gritos, cuando saben que tiene el corazón delicado. — dice Angelica con molestia. — No digas algo, la estamos revisando. — dice Edward. — Mas le vale que las cosas estén bien o los golpearé tanto que la diosa Luna no podrá reconocerlos. — dice Angelica como si fuera un de esas cobradoras de deudas violenta.