No puedo evitar sonrojarme al recordar porque tiene ese brillo y eso hace que me excite, por eso, mis feromonas se liberan con violencia, mientras yo me esfuerzo por mantener la calma y simular que no he sido yo cuando somos los únicos aquí.

‘Si que sabes cómo delatarte, Angela.’ Me regaño mentalmente.

Algo que no me agrada de no haber sido entrenada por mi familia, es que cualquier cosa delata debido al poco control que tengo en mis feromonas y hormonas.

‘Por fortuna, a Lucifer le gusta que seas tan descontrolada.’ Me dice Lía.

Lucifer me sonríe, como si él estuviera dispuesta a aceptar cada locura que se me ocurra. Por lo que, solo me concentro en decir una mentira innecesaria en mi marido que acepta cualquier cosa mía.

— Estaba muy cansada. — digo bostezando.

— Y ahora estarás muy alimentada. Todo estará bien, querida mía. Estaremos