Lucifer me ve sonriente, como si fuera un chiste lo que le estoy preguntando, cuando a mí me urge que sea sincero y así no llevarme más sorpresas en el futuro.
‘Imagínate que Lucifer muera aquí y llegue una docena de niños reclamando la pensión alimenticia, ¿Cómo vas a enfrentarte a eso?’ me pregunto mentalmente.
— ¿Te causa risa mi curiosidad? — pregunto con enojo.
— Bueno, es curioso que estando en medio de una competencia que podría costarnos la vida a los dos, solo te interese si tengo hijos con otras mujeres.
— Sabes que tu propuesta cuando nos conocimos me da suficientes motivos para pensar que eres capaz de algo así, como tus tíos y todos los que estuvieron antes que ellos. — digo con frialdad.
Él sonríe como si disfrutara verme enojada. Es por eso, que intento no darle importancia a esto, aunque si me molesta y bastante.
— Te ves bonita cuando eres fría.
— Creo que me veré más bonita dándote un golpe, ¿quieres comprobarlo? — pregunto sonriente.
— No, así estoy bien. —