Aunque me encuentro en perfectas condiciones, Edward no se conforma con verme así y por eso, después de observar el caos que es Leonard y ayudarlo a no morir, me agarra del brazo y me lleva hasta uno de los autos que apenas llegan.
— ¿Qué es lo que te sucede? — pregunto confundida.
— Es simple, Angela, vamos a revisarte. — dice Edward agotado.
— Tranquilo, me encuentro bien, además, el que debería ser revisado eres tú, te ves terrible.
— Ustedes… las hermanas que tienen nombres angelicales, pero, no se comportan como tal, están acabando con mi energía. — dice Edward.
— Entonces, no me revises, yo me encuentro en perfectas condiciones. — digo y Lucifer me observa con tanto enojo que sin necesidad de mirar hacia allá, sé que es él quien me mira así.
Ni siquiera digo algo, solo subo al auto donde me abren la puerta y permito que Edward me revise hasta que se queda mirándome confundido, como si algo no estuviera bien.
— Es extraño.
— Si son malas noticias, abstente de decírmelas ahora. Es