28. ...NUESTRA GUARIDA...
El camino por el que conduce Marcos, tiene una vista hermosa. Mucho verde y colores, que hacen sentir a Sarah en suma paz.
La chica bosteza y Marcos le acaricia la mejilla.
—Descansa un poco, mi amor. Aún falta parte del camino, te avisaré cuando lleguemos.
Sarah asiente y se deja llevar por la tranquilidad del paisaje. Poco después; despierta, se estira incorporándose en el asiento y mira a su alrededor.
—Qué vista tan bonita... Mira esa casita tan linda que está allá —señala una casa entre los árboles.
—¿Te gusta?
—Sí.