29. QUIERO QUE CUMPLAS TU SUEÑO...
Antes de salir de la cama; se queda contemplando con la luz de la luna, a su esposo, que está profundamente dormido con una mejilla en medio de sus pechos y con un brazo rodeándola.
No cabe de dicha, al ser la esposa de ese hombre maravilloso y de llevar dentro de ella, una parte de él.
Le acaricia con ternura, el brazo con el que la rodea, también su cabello, su barba; y desliza uno de sus dedos por el espacio de la mejilla donde no tiene vello.
Con cuidado de no despertarlo, sale de la cama, se coloca una manta gruesa en los hombros y va a la cocina.
En la nevera hay muchas opc