53. ¿RETROCESO?
Llega el fin de semana y los Davis, llevan a Leonardo a casa de los Jones, a pasarse un par de días.
Los progenitores del niño son invitados a almorzar antes de regresar a Villa Loneliness y mientras comen, conversan con Marcos y Sarah.
—¿Cómo van con la pequeña Marah? —pregunta Kayla Davis.
Sarah sonríe, pero resopla y Marcos a su lado se ríe, mientras acaricia la mano de su esposa.
—Bien; es muy bella y dulce, pero es demandante. Quiere estar cargada, comer todo el tiempo o simplemente tener mi pecho en la boca. Es más, me sorprende que no se haya despertado ya. Es la primer vez que puedo sentarme a comer sin ella en brazos desde que nació.
Kayla sonríe con pesar.
—Disfruta de cada uno de esos momentos con ella; no sabes lo que yo daría por haber podido tener ese tiempo con Leo. Solo piensa que ella crecerá y no será un bebé para siempre.
Sarah medita en ese comentario y es que fueron 9 años que los Davis no pudieron estar con su hijo.
—Es cierto, creo que no lo habí