Capítulo 003

。 ٬٬⌠ Claudia ⌡‧₊˚

Lo observé bastante nerviosa luego de lo que acababa de pedir pero aún así no tenía otra cosa que hacer, sino cumplir con lo que me pedía.

—Un momento…

—Llévame con la niña.

Le miré con algo de enojo para luego asentir y suspirar poniéndome en pie. me relamí los labios más que nerviosa y lo guie hasta ingresar sin saber exactamente cuáles eran sus intenciones, tan pronto entre mis pequeños sobrinos me saludaron, con felicidad al verme volver.

—¿Dónde está Venus? —le miro algo nerviosa. estaba jodida y no sabía realmente qué hacer.

—En su cuna —me sonrió Leila.

—Esta bien princesa, gracias.

Le acaricié los cabellos como agradecimiento y lo guíe a mi habitación, al verla en la cuna dormida cómodamente la levante con cuidado notando como se quejaba y abría los ojos mirándome.

—Perdón por despertarte mi amor —le susurre y me acerque al enseñándola.

Era tan pálida como él, compartían sus ojos grises y su cabello castaño oscuro, era como un pequeño espejo de él, solo que de forma femenina y mucho más pequeña.

—Bien —soltó luego de carraspear un poco mirándola con atención. al parecer creía lo contrario, o solo estaba atónito por la noticia de ser padre.

—¿Bien? —suspiro algo incómoda mientras la apegó a mí y la arrullo.

—Sería un idiota y un ciego si no aceptara que es mi hija —se revolvió los cabellos algo exaltado y luego se relamió los labios viéndome a los ojos —Me haré cargo. Te daré una buena manutención, quiero compensar el tiempo que no estuve, también te conseguiré un lugar donde quedarte, ya que veo que compartes casa con tus familiares.

—No es necesario —solté entonces algo cortante incómoda por lo que me estaba diciendo, había salido adelante sin él con mis ahorros y no creo que fuera necesario, aparte que claramente el dinero no compensa todo el tiempo —Aparte que si quieres compensar, el dinero no es medianamente lo correcto…

—Lo sé, pero de igual forma quiero que ella y tú estén cómodas, así que te ayudaré económicamente, sea o no de tu agrado, ahora vamos, te llevaré a almorzar para que sigamos hablando de forma calmada.

—Bien —dije con una mueca y luego de buscar la pañalera de Venus le seguí al auto.

Él abrió la puerta y esperó a que ingresara, para seguido hacerlo él, me miró por un momento en silencio y luego se quitó la chaqueta, haciendo que recordara por un momento aquella noche, su cuerpo bien moldeado rodeándome…

—¿Me permites cargarla? —le observé a los ojos directamente entonces y asentí a su petición.

—Oh, claro —le sonríe más amistosa y le pasé a la pequeña con cuidado, viendo cómo utilizaba su abrigo para cubrirla.

Al inicio esta se quejó un poco, era algo esquiva con los desconocidos, pero luego de que tomara su mano se tranquilizó.

—Mira venus —soltó de pronto haciendo que le prestara atención igual —Una pelotita…

Entonces sacó una pelota desestrésate, me hizo sonreír ese momento, nunca pensé que aquel hombre del cual únicamente conocí su lado candente llegará a ser así de dulce con una bebe de solo tres meses.

—Claudia….

Escuchar mi nombre de sus labios por alguna razón me erizaba los vellos de la nuca.

—¿sí?

—Quiero que me cuentes detalladamente qué pasó durante este año que estuve ausente…

—Bueno, muchas cosas… —me reí un poco nerviosa y él me hizo cara de pocos amigos, al parecer no le había gustado mucho mi respuesta —ya, lo lamento —dije con un tanto de vergüenza mientras comenzaba a recordar —Los primero cuatro meses fue como si nada hubiera ocurrido, ni siquiera sabía que estaba embarazada hasta que mi vientre comenzó a notarse, ya que bueno, todos los meses tenía mi menstruación… —Solté algo incómoda —no tenía ningún síntoma, pero luego de ver mi vientre de esa forma preferí ir al médico, ahí supe que me encontraba embarazada y tenía un embarazo riesgoso…

—¿Riesgoso? —indago mientras se apegaba más a MI hija contra él.

—Sí, tuve que dejar mi trabajo gracias a eso, no podía hacer mucho, el reposo absoluto no me gusto mucho, pero al cumplir los siete meses el riesgo de perder a la bebe se desvaneció, luego de eso vino el parto, no pensé que doliera tanto, pero todo salió bien, una bebe de tres kilogramos, muy saludable y con unos fuertes pulmones —sonreí un poco al recordar sus primeros llantos.

—Lo lamento…

—¿Por?

Me quedé mirándolo a los ojos sin entender porque se disculpaba, después de todo ni estaba enterado de lo que había ocurrido.

—Por no estar ahí, debí hacerlo…

—No lo sabías…

Respondí a modo de apoyo y noté como el chofer se estacionaba, al parecer habíamos llegado al lugar del que hablaba para almorzar y bien que lo conocía, uno de los más caros y reconocidos del lugar.

—Vamos —me indico.

Luego de que el saliera me sostuvo la puerta y yo lo hice igual, sintiéndome más tranquila, al parecer sus intenciones no eran quitarme a mi pequeña y eso me hacía estar un poco más calmada, aunque, por otra parte, aún temía que se estuviera ocultando bajo una sonrisa y al final terminara clavándome una daga por la espalda, sí, estaba bastante asustada y no sabía cómo actuar.

Al ingresar nos llevaron a una mesa VIP, alejada de las demás para más comodidad y privacidad.

—Pide lo que quieras —sonrió y me miró mientras yo me ocultaba en el menú sin saber qué pedir —¿Porque no me buscaste? 

Tarde o temprano sabía que llegaría a esa pregunta, pero lo que él no se imaginaba fue que lo busque y muchas veces, pero no logré dar con él, lo que me hizo hacerme cargo sola.

—Lo intenté, incluso le pregunté al señor Jones, pero no logré dar contigo, te había tragado la tierra al parecer, por lo que preferí guardar reposo, la búsqueda era estresante y eso no era bueno para el embarazo.

—Ese se hace el tonto siempre que se le pregunta algo —soltó con algo de amargura haciendo que me diera gracia.

—Bueno, después de todo ya es pasado —dije con calma y pasamos nuestro pedido tan pronto llegó el mesero —¿Algo más que desees saber?

—¿Le hace falta algo? quiero darle todo lo necesario, me siento culpable por no estar en el embarazo y mucho menos en sus primeros meses de vida, así que si hay algo…

—No realmente, conseguí todo lo que ella necesitaba en el momento, no te preocupes en serio, lo importante es que estés a partir de ahora a su lado ¿Bien?

—Igual me gustaría ir más tarde al centro comercial a comprarle algo, si no hay problema…

Negué ante su pregunta, era un hombre decidido, bueno, sabía bien que lo era, por lo que simplemente deje de negarme y acepte lo que quería. El almuerzo fue ameno y tan pronto acabamos el pago la cuenta sin poner problema y nos encaminamos nuevamente al auto.

Luego de unos minutos ya estábamos en el centro comercial, donde esperaba que lo que tuviera pensado comprar no fuese muy costoso, ya que al parecer no le importaba mucho desperdiciar su dinero.

—¿Tiene una carriola?

—Sí, tiene una carriola…

Le miré y solté una pequeña risa ante su pregunta.

—Bueno, igual le obsequiaré una buena carriola y que sea bastante cómoda.

Asentí a lo que dijo sin darle el mínimo problema y nos detuvimos a verlas.

—Son algo caras —masculló observando sus precios, no estaba tan convencida de estos.

—Pero de buena calidad, ahora deja de discutir y mejor dime cuál crees que sea la mejor para ella.

Asentí con una leve mueca en mi rostro observando las opciones hasta que vi una la cual   bien de la luz y aparte sería bastante cómoda para ella por lo acolchada que estaba.

—Está, definitivamente.

—Bien, será esta, ahora busca las cosas que se le están acabando.

Asentí a su petición con una leve mueca en mi rostro y elegí útiles de aseo, de cuidado de la piel y algunos chupones nuevos, ya que los que tenía era hora de desecharlos, tan pronto pagamos volvimos al auto, en donde su comportamiento se había vuelto algo extraño, aunque no entendía exactamente porque.

—¿cuánto deseas como sueldo? —aquella pregunta me impactó tanto como me interesó, no estaría mal volver a tener el sueldo de mi anterior trabajo, aparte sabía que con todo lo que trabajaría terminaría mereciéndolo.

—Cinco mil dólares —dije con calma mientras le miraba a los ojos —era lo que ganaba en mi antiguo trabajo y creo que es un costo justo por mis servicios.

—Muy bien, entonces serán quince mil dólares.

Me quedé impactada por lo que dijo en aquel momento porque quince mil dólares era bastante, demasiado, aunque entonces capté que entre aquel dinero venía la mensualidad de la niña.

—Supongo es con la manutención de Venus ¿no?

—Sí, diez mil de los quince mil son para ella, aparte que te conseguiré un buen apartamento en donde puedan vivir cómodas y me encargaré yo de ese pago, el lugar estará a nombre de Venus, será una de las primeras cosas que tendrá a su nombre, a pesar de su corta edad.

—Bien…

dije bastante asombrada ante todo lo que había dicho respecto a que correspondía a la pequeña, pero aun así, sentía que estaba extraño, por como actuaba, como hablaba y sobre todo porque parcial mantener la mirada elevada o simplemente no mirarme al momento de hablar.

—Eh ¿estás bien?

Me acerqué a él intentando captar su atención.

—No creo que sea buena idea estar tan cerca…

—¿Por qué?

Balbuceo sin comprender y entonces siento sus labios contra los míos haciendo que me quede sin aliento por lo bien que se sentía volver a besarlo, esto tal vez estaba mal, pero necesitaba disfrutarlo, quería y lo estaba haciendo.

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