—Lo tengo— asintió Belén.
El rodaje comenzó.
Belén tomó un paraguas, se precipitó hacia su cliente, y consiguió protegerlo de la lluvia, pero la mitad de su hombro terminó empapado.
—¡Corten! Tanto el director como El fotógrafo estaban satisfecho con su actuación y aplaudieron—. ¡Muy bien! ¡Eso estuvo perfecto!
Al final, Belén suspiró aliviada. Aún faltaba media hora para el horario de finalización del rodaje. En el momento en que se disponía a cambiar su ropa mojada, escuchó la voz de Elsa.
— Esa toma no es para nada aceptable. ¡Vuelve a firmar!
Era evidente que él se molestaba a Belén a propósito.
— Señorita Elsa, esa toma ya es perfecta – dijo el director mientras asentía–. La expresión de sus emociones fue excelente, no hay necesidad de volver a firmar.
Elsa cruzó los brazos sobre su pecho mientras alzaba su mentón.
— soy la persona a cargo de este rodaje. No significa no.
Belén miró a Elsa con una mirada de desprecio. En un principio quiso ser amable con ella