Tom estudiaba el comportamiento pausado de su ex. Pretendía a la perfección que nada hubiese ocurrido, pero podía notar su postura rígida.
Él no pudo dormir bien después de ese beso, soñó toda la noche con ella y lo que seguiría a ese beso si las dudas no le torturaran.
Cuando le preguntó a su asistente por el encuentro con Anais, sólo mencionó el evento del alta y no dio más datos. Había algo extraño en su comportamiento, Park no es un buen mentiroso.
- ¿Papá te irás esta noche? – le preguntó su hija mientras cenaban. -
- Sí. Mañana debo volver a los entrenamientos del club y tú mamá ya está recuperada. - le acarició la cabeza.
- Me gustó vivir contigo- le dijo afligida.
Anais cortaba la carne de su plato en silencio, padre e hija no se quer&