Capítulo 79.

No sé los días que llevo aquí sola con Hugo, hace tiempo que perdí la cuenta. Ni siquiera sé si Alexander me estará buscando. Dijo que me mandaría a un par de hombres para que me ayudaran con la búsqueda de Calen, pero aquí nadie ha venido.

Siempre es lo mismo, nada cambia. El bosque me rodea por todos lados y a veces hasta parece querer tragarme. A menudo escucho cosas, como pasos, susurros y hasta voces. Creo que este aislamiento va a hacer que me vuelva loca. Menos mal que Hugo está a mi lado, creo que esa es la única razón de que yo no haya perdido la cabeza y la esperanza de encontrar con vida a Calen.

Me aferro a él con fuerza. Él es lo único que me queda y por lo que todo vale la pena. Sus ojos, su sonrisa, es lo único que necesito, pero si él llora, mi mundo se derrumba con él.

También pienso que estoy obsesionada. Paso la mayoría de las noches observándolo, inquieta por si le pasa algo o, peor, deja de respirar.

El miedo a perderlo me deja paralizada y no pu