Capítulo 77.

La noche era calurosa y hasta podría decir que sofocante. La oscuridad lo invadía todo, esa noche no había luna; era como si ella misma se hubiera retirado a llorar la muerte de Derek.

Hugo dormía sobre mi pecho con tranquilidad, ajeno al abismo que nos rodeaba.

En ese momento me sentía vacía, no era capaz de sentir nada, dentro de mí no había ira, dolor o tristeza... Solo un vacío intenso lleno de oscuridad.

Calen estaba allí. Sentado en la otra punta de la tienda, se veía abatido y no dejaba de mirar el suelo. No podía entenderlo, pero parecía afectado de verdad.

Había perdido a Derek. Y con él, todo lo que había conseguido reconstruir de mí misma.

No me salía una sola lágrima. No porque no doliera, sino porque ya no me quedaba nada dentro.

Cuando cerraba los ojos, era peor. Lo veía: a Derek cargando a Hugo sobre los hombros, riéndose con esa sonrisa descarada que siempre me sacaba de quicio, pero que en el fondo me encantaba. Lo observaba mirándome como si el mundo se