Punto de vista de Elara Vane
La ferocidad de sus palabras hizo que su saliva saliera volando, aterrizando en mi cara como llovizna. Hice una mueca y me moví, girando mi rostro hacia un lado.
Tal vez esa fue una mala idea.
Luis Miguel me agarró la mejilla, forzando mi rostro hacia él.
—¿Qué pasa, linda flor? ¿No soportas mi presencia? —
—Suéltame... —Estaba a punto de protestar de nuevo cuando estrelló sus labios contra los míos.
El sabor de los labios agrietados y babosos de Luis Miguel en los míos era tan asqueroso como imaginaba que serían sus hábitos de higiene. Me sacudí y forcejeé en su agarre, con el rostro arrugado por el asco mientras intentaba empujarlo con toda la fuerza que pude reunir.
Mis puños, aunque atrapados, se agitaban patéticamente mientras intentaba patearle la espinilla, pero Rafa y Emilio me sujetaban firmemente contra la pared como un trofeo clavado en un tablero.
¡Malditos cobardes!
Luis Miguel, totalmente imperturbable por mi lucha, ladeó la cabeza co