Capítulo 153.
Evelyn.
Lo beso una última vez, como si el contacto pudiera grabar en su piel cada palabra que no digo, pero él sabe y yo reafirmo que existe. Me dice que irá pos Aihnoa y la llevará a casa luego del trabajo, y aunque sean cosas sencillas repara algo que no sabía que necesitaba esos ajustes.
Me retiro del vehículo, con los labios húmedos y las manos aún temblando, intentando parecer la científica fría que todos esperan que sea. Aunque el camino de regreso al laboratorio se siente distinto.
El aire tiene un peso diferente.
Dejo la bata sobre el respaldo de la silla, pero sigo viendo el anillo. La piedra carmesí parece tener su propio pulso, un destello diminuto que me distrae cada vez que tomo un tubo de ensayo.
Intento concentrarme. Escribo y borro porque su nombre se me atraviesa junto a la imagen de Aihnoa, él y yo juntos.
—Cada tema tiene su lugar, Evelyn— me recuerdo, obligándome a seguir con la línea en el registro.
“El compuesto responde mejor a la oxidación parcial…”
El refl