Sofía.

Amanece y pido a Lori que investigue opciones de cursos de cocina que podría tomar. Siendo madre tengo que pensar en el futuro, y en eso también figura el saber preparar un desayuno.

No es nada lindo mi futuro en donde Donovan tenga más habilidades culinarias que yo. No me ganó en puntería, en rapidez al combatir, ni en montar un arma, y no lo dejaré ganar en esto.

Mi risa crece mientras veo algunos anuncios en periódicos que Lori me trae cuándo desayunamos, esperando a Kilian que fue a lavarse las manos. Quiero iniciar esta etapa con el pie derecho y ese es tener planes para cada día.

Todos prometen que me convertirán en una experta en gastronomía internacional en cuestión de semanas, pero solo me interesa aprender a hacer panqueques sin quemarlos. Saben mal y no les puedo tomar una foto para presumir.

Meneo la cabeza mientras arranco con los dedos una de las esquinas del anuncio. El título grandilocuente dice “De amateur a chef en 30 días”, pero lo que le hace reír es la