Capítulo 51. Adiós Hugo (parte dos).
Siento como si mi corazón se me fuera a salir; no sé qué decir, qué contestar; siento miedo. Él sigue ahí sentado bebiendo directo de la botella, la camisa desalineada con el cabello alborotado; sus ojos se ven rojos, creo que ha llorado y me duele en el alma verlo así.
—¿No piensas contestar? —¿Te quedarás ahí parada solo viéndome? Te ha de divertir mucho verme así, ¿no? —Su tono de voz es fuerte y a la vez con algo de tristeza.
—Hugo, yo, ¿cuándo llegaste? —Suelta una carcajada fingida.
—¿En serio, solo eso quieres saber? —Se levanta y camina en dirección hacia mí—. Llegué ayer, te hablé una noche anterior para avisarte, pero tu madre me dijo que estabas muy enferma y te habías ido a dormir, pero ya me imagino que estabas tan enferma que fuiste a que te revisara tu doctorcito, ¿no es así? —Llega hasta mí y yo retrocedo, pero él sigue caminando y yo retrocediendo hasta quedar entre el muro y él.
—No, es que yo, yo no —No sé ni qué decir, siento que solo salen palabras sin sentido de