Ivanna: Vivía una vida gris y sombría, hasta que llegó él con su sonrisa, con su alegría y con su encanto a darle brillo a mis días y color a mi vida. Un chico diez años menor que yo. Al principio yo dudaba en dejarme llevar por todo lo que él me hacía sentir, pero pudo más sentimiento que él en muy poco tiempo despertó en mí, unido a una pasión y a un deseo que se desató entre los dos y que fue imposible de resistir, lo que nos llevó a enamorarnos sin medir, las consecuencias que conllevarían nuestros actos. Cristóbal: Llegué a su despacho como pasante, sin muchas expectativas solo quería cumplir con mis prácticas profesionales y con mi servicio social, pero todo cambió al conocerla a ella a mi jefa, en ese momento mi mundo dio un vuelco y mi vida dio un giro, nunca pensé sentirme atraído por una mujer mayor y por ella, en muy poco tiempo loco de amor y de deseo, me volví yo. Esa mujer despertaba en mí, todo tipo de pensamientos impuros. Jamás pensé que iba a ser poseído por una pasión prohibida, que sepultaría por siempre toda racionalidad en mi vida, al enamorarme de mi jefa, una mujer inalcanzable y prohibida para mí.
Leer másCapítulo 1. Mi futura jefa
Cristóbal Mendoza Ramírez
León, Guanajuato, México
Era el primer día de mi servicio social y nunca pensé que ese día, iba a cambiar mi vida tanto a nivel profesional como a nivel personal. Estudiaba el último año en la facultad de derecho en una universidad de renombre y de ahí me enviaron a un elegante despacho, al que acudí porque ahí iba a presentar mi servicio social.
Llegué un poco tarde y temí por un momento que, eso fuera a ser algo malo para mí, pero intenté disimular mis nervios cuando llegué a identificarme a recepción. Por ningún motivo iba a perder esta gran oportunidad de poder hacer mi servicio social en un despacho tan prestigioso.
–Buenos días, señorita – Dije algo nervioso – Estoy buscando a la Licenciada Linares, me han enviado de la Universidad. Aquí están mis documentos.
Saqué una carpeta de mi mochila y le entregué a la recepcionista los documentos donde venían todos mis datos, estaba esperando que no dijera nada de mi demora, no quería que antes de que me pudieran aceptar ya tener una falta, por impuntual.
–Buenos días, joven – Respondió y tomó mis documentos para revisarlos – Usted es, Cristóbal Mendoza Ramírez, ya veo. Tome asiento, por favor.
Me indicó la recepcionista y me puse más nervioso de lo que ya estaba, pues mi demora me puede traer serios problemas mucho antes de entrar al despacho, si es que me aceptan, estos trabajos son de mucha puntualidad y ya estaba fallando en la entrevista.
–Gracias.
Me acomodé en la hermosa y elegante sala de espera, mirando mi reloj y dándome cuenta de que había llegado 5 minutos tarde y esperaba sinceramente que la licenciada Linares, no me fuera a tomar eso en contra. La recepcionista, estaba revisando mis documentos y seguramente, le avisaba a la licenciada, pues la vi hablar por teléfono y en fracciones de segundo, la tenía de pie frente a mí.
–Joven Mendoza, la licenciada Linares, bajó al gimnasio como usted, ha llegado tarde – Maldición, pensé – Pero, me ha dicho que, si puede bajar a entrevistarse con ella, al gimnasio, lo está esperando.
Qué bueno que la licenciada haya aceptado entrevistarme, había sido un error mío haber llegado tarde, algo que sé que no voy a poder volver a cometer, si era de las que no les gustaba la impuntualidad y estaba dejándola pasar por esta vez, no le iba a fallar.
–Claro y ¿Dónde está el gimnasio? – Pregunté estúpidamente – Lo siento, es que es la primera vez que vengo.
Por supuesto que no voy a saber dónde está localizado el gimnasio, es más, no sabía que en este despacho pudieran tener un gimnasio. Se notaba que era muy sofisticado todo esto. Bueno, era un edificio, debía tener todas las comodidades y todos los servicios.
–Lo llevo, acompáñeme. Por favor.
La recepcionista se subió conmigo al ascensor y bajamos dos plantas del despacho, ahí en ese piso había una cafetería, una estética y el gimnasio que se veía que era de primer nivel, ella entró saludando a unas personas ahí y yo la seguía muy nervioso y entonces, nos detuvimos ante una mujer maravillosa que desde el momento que la vi, quedé hechizado por su belleza.
Ella hablaba algo con la recepcionista que yo ni siquiera pude escuchar, y después, la recepcionista se fue dejándome a solas con esa belleza de mujer que me tendía la mano. Estaba deslumbrado, nunca me imaginé que la licenciada Linares fuera una mujer tan hermosa.
–Cristóbal, ¿Cómo estás? – Me saludó de forma informal – Bienvenido a tu pasantía, Ivanna Linares, yo seré tu jefa.
Todo de ella me tenía cautivado, no sé cómo me veré yo o de qué manera la estoy viendo, pero estaba como si estuviera en un sueño viendo la más linda de las visiones, la licenciada estaba lo que le seguía de hermosa.
–Mucho gusto, licenciada – Estreché su mano con pena, pues estaba sudando a mares – Gracias y siento mucho, por haber llegado tarde.
Me disculpé, me dio la impresión que a este tipo de mujeres no se les podía dejar esperando, pues yo había pensado que cinco minutos no era mucho tiempo, pero ella ya se encontraba haciendo ejercicio al ver que yo no llegaba, no iba a estar desperdiciando su tiempo en nadie.
–No te preocupes y háblame de tú, me puedes tutear sin ningún problema. Vamos a trasladar esta reunión a la cafetería, quiero que me cuentes más de ti y de lo que esperas de la pasantía.
Yo no sabía que era lo que le iba a contestar, ella me distraía, solo la podía mirar como un tonto, estaba perdidamente cautivado por ella, mi futura jefa estaba totalmente fuera de mi alcance, yo era solo un polluelo saliendo del cascarón y nunca se iba a fijar en mí.
–Como usted diga.
Salimos del gimnasio y ella me entregó una toalla y casi de inmediato, estábamos sentados en el local vecino tomando un café, yo me secaba el sudor de mis manos en mi ropa y me sentía demasiado nervioso e intimidado ante esa hermosa mujer, nunca pensé que mi jefa iba a ser alguien como ella y era absurdo no mirarla, cuando ella, dando dos palmadas frente a mí, me llamó la atención.
–Te decía Cristóbal, que eres muy afortunado porque te he concedido la pasantía en mi firma – Me miró intimidándome – Quiero aclarar unos puntos, que me gusta la puntualidad, la eficacia y la excelencia y lo que más me cae mal, es la gente que se da el lujo, de no poner atención. Ahora, me vas a decir lo que te dije, apenas llegamos aquí.
Estaba fuera de toda concentración, esta mujer es dinamita pura, no me había entrevistado siquiera y ya me había aceptado en su firma, y yo me encontraba como desorientado que no me lo podía creer, debo parecer un tonto sin saber que responder a todo esto, tomé aire y respiré profundamente para poder hablar razonablemente.
–Yo, lo siento mucho – Me disculpé – Estoy demasiado nervioso, yo pensé que usted iba a ser una persona mayor y lo es, en cierta forma, pero…
Ya no me dejó terminar, esta mujer es muy decidida y me tiene totalmente a su merced, me encontraba como si nunca hubiera visto una mujer como ella en mi vida, pero ella era única, no podía describir que era lo que me tenía así.
–Pero nada, empiezas hoy y te aviso de una vez. Te haremos una pequeña bienvenida en la noche, para que conozcas a todos y tienes dos horas, para ir a comprar un traje. No pensarás que vas a quedarte vestido informal ¿O sí?
Lo movía todo en fracciones de segundo, no sabía que eso se hacía a los nuevos integrantes, yo solo vengo por lo de la pasantía y ella ya me iba a hacer una fiesta de bienvenida, no había escuchado nunca un caso como este, pero no le iba a decir que no.
–En absoluto, pensaba que hoy solo iba a dejar mis documentos y que me integraría después – Repuse muy nervioso.
Capítulo 126. Amor por siempreIvanna Linares FloresMazatlán, Sinaloa, MéxicoCris y yo habíamos ido de viaje a la playa para celebrar nuestros primeros 6 meses de los muchos que después vendrían. Nos había costado mucho trabajo, estar como estamos ahora, pero me sentía plena y feliz a su lado, yo me había sincerado con él sobre mi vida y le había aclarado muchas cosas como el que nunca seré madre y él pareció acceder aun así a estar conmigo y eso me hacía sentir afortunada.Era la sensación más maravillosa del mundo, el poder estar así con Cris, caminando por la playa, tomados de la mano y felices de estar juntos. Amo a este hombre porque me hace sentir que estoy viviendo en la gloria, con su sola presencia soy la mujer más dichosa del mundo.–Ivanna, gracias por este viaje – Dijo Cris – Yo pienso que para la siguiente vez que salgamos a la playa, tienes que dejarme que te invite yo. Ya que estoy trabajando quiero darte unos lujos, y todo lo que tú te mereces, mi amor.–Te amo Cris,
Capítulo 125. Cumpliendo deseosCristóbal Mendoza RamírezLeón, Guanajuato, México.MESES DESPUÉSEstaba muy feliz con mi nueva vida, seguía trabajando con el padre de Amaia y mi relación con Ivanna, había alcanzado al fin un punto estable. Me sentía completo en todos los aspectos de mi vida, tenía amor, tenía trabajo, tenía amigos y era muy feliz. Aunque nos costó mucho a Ivanna y a mí alcanzar la estabilidad que tenemos ahora, después de varios desacuerdos, ahora al fin podemos estar más tranquilos y lo que son las cosas, hoy cumplíamos 6 meses de haber regresado y estábamos más felices que nunca.–Hola, mi güera hermosa – Le dije cuando llegué a buscarla a su firma – He venido por la mujer más hermosa del mundo para ir a cenar.–Hola, Cris – Ella se lanzó a mis brazos – Muchas gracias, mi amor. Estoy lista para que nos vayamos, pero antes quiero darte algo.Este nuevo comienzo es lo mejor que nos pudo haber pasado, los dos somos completamente felices. Ahora es como si nos hubiéramo
Capítulo 124. Linda reconciliaciónIvanna Linares FloresLeón, Guanajuato, MéxicoCris y yo llegamos al lugar que yo renté para esa noche tan especial de los dos, esa noche en la que yo estaría a su lado de nuevo y en la que después de tantos meses separados, por fin, volveríamos a estar juntos en cuerpo y alma. Cris y yo bajamos del taxi y yo le pedí que cerrara los ojos en lo que yo abría el lugar, lo tomé de la mano y una vez que estuvimos dentro, le pedí abrir los ojos y cuando lo hizo, estaba que no cabía en él, de la emoción que le despertaba estar en ese lugar.–Ivanna, esto es espectacular ¿Dónde estamos, mi amor?–En un lugar que renté para los dos, felicidades Cris – Dije mientras me despojaba de mi ropa, quedándome solo en la ropa íntima – Espero que te guste el lugar que he elegido y todo lo demás.Esta ropa la había comprado especialmente para esta ocasión, Cris no despegaba los ojos de mí. Sé que estoy jugando con él porque no me acerco lo suficiente como para que me pue
Capítulo 123. Felices juntosIvanna Linares FloresLeón, Guanajuato, MéxicoLa felicidad volvió a mi vida ese día que Cris se tituló como abogado, él me dio la oportunidad de seguir a su lado, a pesar de los errores que cometí y en el momento que nos besamos tiernamente y entramos juntos tomados de la mano a disfrutar de su fiesta, me sentí la mujer más feliz del mundo, esta vez no voy a fallar.No me importó nada, ni que su familia estuviera presente, ni ninguna otra cosa, ahora solo me importaba estar celebrando este día especial al lado del hombre al que tanto amo, nos vamos a dar esta oportunidad que nos merecemos los dos. Mejoraré mi forma de ser por él y por mí.–Muchas felicidades, chicos – Amaia nos aplaudió y nos dio un fuerte abrazo – Me da mucho gusto ver que después de tantas cosas, al fin triunfó el amor tan grande que se tienen los dos.–Muchas gracias, Amaia – Dije feliz – Cris, es el que me dio la oportunidad de volver a estar a su lado y me siento feliz.Había dejado
Capítulo 122. Un hombre muy felizCristóbal Mendoza RamírezLeón, Guanajuato, MéxicoSalí del auditorio en el que se llevó a cabo mi examen y al hacerlo les di la buena noticia a toda la gente que estaba ahí por mí, a Amaia, a Axel a unos amigos de mi salón, a otros de mis maestros, al licenciado Domínguez y a mi familia que no llegó a tiempo, pero ya estaban ahí, mi madre, mis tías y mis primos y primas más cercanos para celebrar este importante logro de mi vida.–Cris, te lo dije que te iría bien – Amaia me abrazó – Muchas felicidades, licenciado Mendoza.Estaba muy feliz con el resultado de mi examen profesional. Tengo el título de abogado, tal como me lo había propuesto. Pude vencer ese miedo de no poder darlo todo en ese examen, pero había sido solo un momento de debilidad que superé con creces. Los sinodales me habían felicitado por mi logro y era un triunfo que le dedicaba a mi madre, ella siempre ha confiado en mí.–Amaia, tengo mucho que agradecerte – Respondí – También a ust
Capítulo 121. Mucha confianzaCristóbal Mendoza RamírezLeón, Guanajuato, MéxicoMe había quedado sorprendido de ver que Ivanna había sido capaz de rebajarse ante mí y de pedirme ahora ella una oportunidad, eso es lo que yo había pedido todo este tiempo y me sentí feliz porque me lo dijera. Desgraciadamente, ya era tarde, lo que yo sentía por ella ahí estaba, pero me negaba a volver con ella para volver a sufrir.Tenía que pensar muy bien la respuesta que iba a darle en ese mes que le pedí y claro que lo estuve pensando muy bien, solo que días antes de darle mi decisión a Ivanna, me vi con Amaia para saber el punto de vista de mi mejor amiga. Ella sabe el amor que sigo sintiendo por Ivanna, pero aún yo guardaba mis reservas.–Amaia, no he podido dejar de pensar en lo de Ivanna – Le confesé – Tanto que tengo miedo de fallar en mi examen de titulación.No me podía estar pasando esto a tan pocos días de mi examen por el título de abogado. Tenía que salir de esta telaraña que quería apode
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