—¿Por qué Luka no está aquí? –cuestiona la abuela quien se encuentra junto a Bárbara.
—Salió con Iktan a buscar algo especial, me pidió que viniera en su nombre.
—Aura. –me reprende la abuela y yo siento un poco de vergüenza.
—Es verdad, abuela, Iktan le pidió a Luka que lo ayudara a conseguir algo importante para la celebración que está próxima.
—¿Que celebración? Nadie me ha dicho nada.
—Es algo que decidimos Iktan y yo anoche. Nos quedaremos en la reserva y vamos a casarnos.
Tanto Bárbara como la abuela abren los ojos con sorpresa. La abuela sonríe y bárbara da saltitos emocionada.
—Yo sabía que ese niño tarde o temprano iba a aceptar quedarse aquí. Todo es gracias a ti.
—Él se dió cuenta de que estaba corriendo peligro en la ciudad. Estar aquí es la mejor decisión que pudo tomar.
—Iré a preparar algunas cosas entonces, tú y bárbara vayan a hacer lo que se supone que ella y Luka debían hacer.
—Si abuela.
Bárbara y yo caminamos hasta el cenote sin decir nada aunque se nota