Alina
Me despierto en una oscuridad profunda, el peso de un calor familiar envolviendo mi cuerpo. Damon está allí, su brazo firmemente enrollado alrededor de mi cintura, su aliento caliente rozando mi nuca. Mi corazón late aún a un ritmo irregular, atormentado por el recuerdo de Caelan. Esa sensación de frío que se infiltraba bajo mi piel, la niebla negra que me ahogaba...
Me estremezco. Damon aprieta su abrazo de inmediato, sus labios rozando suavemente mi sien.
— Estás despierta... murmura con voz ronca.
Cierro los ojos un momento, saboreando el contacto de su piel contra la mía. Todo mi cuerpo responde a él, como si su toque fuera el único remedio a esta oscuridad que aún se aferra a mí.
— Sí... digo débilmente.
Él se incorpora ligeramente, su mano deslizándose sobre mi cadera.
— ¿Cómo te sientes?
Me vuelvo hacia él, mis ojos encontrando los suyos. Esa intensidad dorada en su mirada, ese fuego silencioso... Está listo para pelear. Listo para matar por mí.
— Estoy bien... gracias a