Alina
El silencio en el gran vestíbulo es opresivo tras la partida de Adrian. Permanezco inmóvil, con los brazos cruzados, mis pensamientos girando como una tormenta en mi mente. Damon está cerca de mí, su mano apoyada en la parte baja de mi espalda, un calor reconfortante frente al frío glacial que dejó la presencia de Adrian.
— Miente, murmura Damon, su voz grave resonando en el silencio.
Me giro hacia él, cruzando su mirada oscura.
— Adrian nunca miente abiertamente. Manipula, distorsiona la verdad, pero no miente.
— ¿Entonces qué busca realmente?
Suspiro, pasando una mano por mi cabello. Mi corazón todavía late con fuerza en mi pecho, el recuerdo de la intensa mirada de Adrian ardiendo en mi mente.
— Poder. Control. Siempre es lo que busca.
Damon se acerca, su torso rozando mi brazo. Su aroma a madera me envuelve, apaciguando la tensión en mis músculos.
— No podemos confiar en él, Alina. Intentará manipularte.
Levanto la vista hacia él.
— ¿Y crees que no lo sé? Adrian nunca ha hec