Capítulo 25

Mi corazón se detuvo y estuve a punto de vomitarlo por la impresión.

—¿Cuál verdad? —pregunté, tanteando el terreno.

—Evie, ya lo sé todo —confesó.

Mierda, mierda, mierda…

—¿A qué te refieres? —insistí, ahora nerviosa.

—Ya sé que pagaste la deuda del banco —informó—. Ya en el banco me lo dijeron. ¿Por qué me lo ocultaste todos estos meses?

Aunque no se tratara de mi relación con Adam o el embarazo, lo que me estaba confesando seguía siendo un grave problema.

—¿De dónde sacaste el dinero? ¿Hiciste un préstamo? —siguió interrogando.

Sentía que me hacía falta el aire.

—Eh… —Tenía la mente nublada.

—Evie, ¿qué hiciste? ¿En qué te metiste? —Marco comenzaba a enojarse—. Responde, por favor… —Miró a sus lados, estaba a punto de estallar de la rabia.

—No es nada de lo que piensas —intenté decir—. Yo… sí hice un préstamo, pero… no…

—¿Quién te prestaría esa cantidad de dinero? —cuestionó—. ¿A cambio de qué?

—Fue Margara, mi jefa —mentí—. Se lo estoy pagando a cuotas.

—¡¿Qué?! —estalló—. ¡¿Hicis
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