Ameline escuchó boquiabierta y sonrojada a Seth, con el corazón latiéndole rápidamente en el pecho, y odiándose por ello.
Fue inevitable que a su mente le llegaran recuerdos de su noche de pasión, la forma en la que la besó y acarició, sus ojos tan profundos, su mirada al verla sucumbir al placer…
No pudo evitar enrojecer más al pensar en eso, y ya no fue capaz de sostenerle la mirada, mordiéndose el labio mientras bajaba los ojos a su regazo.
Lo peor fue que pudo sentir sus ojos fijos en sus labios, para luego bajar y recorrerla lentamente de arriba abajo.
—Me alegra que estés usando ese vestido… —comentó con voz más casual, ronca, seductora…
Ella apretó los labios, atreviéndose a mirar su rostro pero solo de reojo.
—Prissy dijo que… que me quedaría bien.
Maldición, quería decir algo más afilado y sarcástico que eso, pero las palabras no le salían, no podía pensar bien, no mientras él la miraba así…
—Prissy y yo muchas veces pensamos igual… compré ese vestido pensando que te qued